lunes, 21 de enero de 2008

Jim: el inicio de la caracterización del hipócrita

Seis de la tarde. el cielo era de un gris plomizo, impenetrable, y su humor estaba a tono. su agente había renunciado, luego de la décima amenaza de muerte en menos de una semana...
desde la ventana de su cuarto de hotel se podía ver la mitad de la ciudad. no era una excelente habitación, pero la vista compensaba por las manchas de humedad.
en el sillón había tres quemaduras de cigarrillo y una mancha de café grande en el almohadón central. seguro tendría que pagar por eso luego...

hacía un par de meses que Jim no visitaba a su psiquiatra. había cancelado un par de charlas, plantado un par de chicas y tomado un par de botellas de vodka de más, pero se sentía bien.

cuando empezó a llover, jim decidió salir a caminar por el centro. levantó el teléfono y marcó el número del hipócrita. él hipócrita era un hombre bajo, con una acaudalada barba como para compensar el aspecto infantil que le daba su pequeño tamaño. se había ganado ese apodo gracias a su excesiva manía de criticar a todo el mundo a sus espaldas.
vivía mascando chicle y se creía importante. demasiado. trabajaba en el municipio en el sector cultural donde era asistente de la productora general de espectáculos y nunca usaba sombrero. tenía un celular muy pequeño (sostenía que el tamaño del teléfono móvil era inversamente proporcional al éxito personal) y una sonrisa excesivamente blanca. trataba a las mujeres como objetos dispensables y aseguraba haberse acostado con media ciudad. el rumor decía que era un homosexual frustrado. era un completo imbécil y jim lo sabía. pero lo necesitaba.

colgó. bajó por escalera los 13 pisos, saludó al portero y antes de salir colgó su paraguas en la entrada.
al salir, metió el pie de lleno en un mugriento charco de agua: 'pero putísima madre!', escupió y siguió su camino. sabía que el hipócrita era un poco impaciente.

la cuidad estaba gris, como siempre, pero un poco más.

sábado, 12 de enero de 2008

Jim: primeros elementos descriptivos

'un día sin sol sería ideal en este momento', pensó mientras se quitaba las gafas oscuras e ingresaba al hotel.
la necesidad de carne humana invadía las entrañas de jim, quien con su ansiedad derivada de una horrenda abstinencia de percodan intentaba no destruir cada cosa que tocaba a su paso.
ella lo miró de reojo y le preguntó si tenía ganas de usar el teléfono primero. él sin dudarlo tomo el auricular y marcó un número al azar. sonó 5 veces. 'hola', una voz arrugada, con olor a poco paseo atendió del otro lado. jim comenzó a reír sin poder detenerse. la mujer, un tanto asustada, amenazó con recurrir a las autoridades y colgó.
la chica miró a jim con cara de desprecio y salió disparada en dirección opuesta. en el lobby del hotel habían 54 corredores de bolsa neoyorkinos esperando para usar el teléfono. jim decidió fastidiarlos y cortó disimuladamente el cable con una pequeña pinza.
luego se dirigió a su habitación donde le esperaba una larga charla con su agente. detrás de jim se oía el tumulto y el caos que se emepzaba a generar a medida que los corredores de bolsa se daban cuenta de la situación. jim reía para sus adentros mientras tocaba el botón del ascensor. todavía le esperaba un día difícil...