jueves, 4 de diciembre de 2008

corre a los brazos de tu madre

de nada nos sirve anclarnos a joyas o almohadones, a recuerdos en forma de foto o a retazos de emociones dibujadas y enmarcadas, colgadas con clavos de oro y en paredes de yeso. o perder el sueño detrás de billetes para hipotecas o intereses.
ni acumular corbatas, títulos o diplomas. tampoco pensar que la vida es seria, gris, sin lugar para las bromas. de nada sirve el orgullo, ya que no nos hace más altos ni más respetables.
los pobres, los ricos, los famosos, los anónimos, los respetados, los ignorados, los ateos, los creyentes, los ciegos y los videntes, los sordos y los oyentes, los marineros y los capitanes, los de la colina y los del valle.
todos terminamos igual, con 20 metros cúbicos de tierra encima.
y si tenemos 'suerte', caemos dentro de la máxima estupidez burguesa, dentro de la última carcajada del muñeco del monopoly: un buen cajón de cedro lustrado donde pasar las próximos 50 años pudriéndonos lentamente.

lo incompleto es bello, creo yo, porque incita a buscar una respuesta, una continuación. la curiosidad de su próximo futuro destino.
incita a completarlo.
lo completo pierde esa ebullición ansiosa. la paz y la calma carecen de toda sorpresa.

su historia está completa.
y la paz a ella le sienta muy bien.

te quise, te quiero y te querré muchísimo.
adiós y que descanses.
gracias.
ya estás en paz.

d.