jueves, 4 de diciembre de 2008

corre a los brazos de tu madre

de nada nos sirve anclarnos a joyas o almohadones, a recuerdos en forma de foto o a retazos de emociones dibujadas y enmarcadas, colgadas con clavos de oro y en paredes de yeso. o perder el sueño detrás de billetes para hipotecas o intereses.
ni acumular corbatas, títulos o diplomas. tampoco pensar que la vida es seria, gris, sin lugar para las bromas. de nada sirve el orgullo, ya que no nos hace más altos ni más respetables.
los pobres, los ricos, los famosos, los anónimos, los respetados, los ignorados, los ateos, los creyentes, los ciegos y los videntes, los sordos y los oyentes, los marineros y los capitanes, los de la colina y los del valle.
todos terminamos igual, con 20 metros cúbicos de tierra encima.
y si tenemos 'suerte', caemos dentro de la máxima estupidez burguesa, dentro de la última carcajada del muñeco del monopoly: un buen cajón de cedro lustrado donde pasar las próximos 50 años pudriéndonos lentamente.

lo incompleto es bello, creo yo, porque incita a buscar una respuesta, una continuación. la curiosidad de su próximo futuro destino.
incita a completarlo.
lo completo pierde esa ebullición ansiosa. la paz y la calma carecen de toda sorpresa.

su historia está completa.
y la paz a ella le sienta muy bien.

te quise, te quiero y te querré muchísimo.
adiós y que descanses.
gracias.
ya estás en paz.

d.

domingo, 26 de octubre de 2008

Miedos

del hierro caliente
y el corazón durmiente
el miedo latente
y la herida complaciente
las revistas explícitas
que subestiman al cliente
los artistas autoncomplacientes
autoindulgentes
los no artistas
la delicada sensación de ardor corrosivo
de llorar por el amuleto perdido
sintiendo que el mundo es permisivo
y discreto, secreto.
de las mentiras envueltas
y revueltas.
de no poder mirarte de los ojos
de no decirte que me despertaste,
que me creció un latido,
cálido pedazo de carne roja con vida propia
con caprichos propios algunos y otros que copia.
hija de la punta de un lápiz mordisqueado
nieta de la luna, de la sirena, del timbre, del damero.
de tu cerquillo,
de la vida pendiente de un flequillo.
del terror nocturno y la ansiedad traicionera
de la televisión con opiniones
de las novelas de la tarde y el polvo de los almohadones
de las avipas,
de la cellisca y el pólen
las verdades reptantes
debajo de baldosas,
calabozos, destrozos, nieve y hastío
de la violencia y la indiferencia del ser pasivo
de tu voz, de tus promesas, de tu tristeza, de mi confianza.

de todo eso tengo miedo.

viernes, 24 de octubre de 2008

Máximas

No seas tartamudo, para que las palabras puedan hacer justicia, sin repetirse.
No seas inseguro, para que luego no sufras la resaca del arrepentimiento.
No seas presumido, para no darle de comer a las hormigas carnívoras que quieren destruirte.
No seas incapaz (esta máxima se sostiene por sí sola).
No seas tembloroso, o al operar podrías cortar algo que no quisieras cortar.
No seas ansioso para no alimenar al paranocio y solitario ser encapuchado que suele abrazarte.
No seas pesimista, la soledad no es un monstruo tan antipático.
No seas olvidadizo, los recuerdos nos definen, presentan y sostienen frente a los nuevos amores.
No seas volátil, con el corazón en la mano se escribe más fuerte e intenso que con el cerebro.
No seas prejuicioso, en la esquina más mugrienta suelen estár las más hermosas flores.
No seas ignorante, no conocerla es no quererla.

No seas ingenuo, las recetas solo sirven para hacer brownies.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Los impacientes

es la rana que salta de camalote en camalote llevando el corazón adelante, anhelante, tembloroso, impaciente.
son los colchones que nos acojen por espacio de pocas horas, sabiendo que solo sirven como pañuelos, como bastones o muletas.
es la nostalgia que genera el beso fugaz, transitorio, pasajero, cuya dulzura dura lo que tiene que durar la dulzura: poco.
las experiencias entre sábanas de hoteles usadas miles de veces por amantes en condiciones similares o completamente distintas.
los impacientes, los libidinosos impacientes que miran el reloj y utilizan las matemáticas en un contexto donde los números son muy mal vistos.
enemigos de la unidad, atacan a la soledad como pueden: evitándola.
y no saben que lo único que la mata es el buceo invisible por las profundidades del córtex temporal, dibujando con crayolas corazones en cada circonvolución, en cada rincón del pechito desgarrado.
aprender a caminar solos y dejarse de joder con las muletas.
y que el currículum se llene de a poco.

somos los impacientes, bienvenidos.

martes, 2 de septiembre de 2008

La escalera, la puerta y las arañas - Historia de coraje desperdiciado

decidí bajar sin ganas por la escalera de caracol, por ese espiral infernal que lleva a los avetureros a lo más profundo de su inconciente. al llegar al último peldaño, me encontré una puerta muy grande, de hierro. acusaba el paso de los años, y evidentemente no habían sido buenos con ella. la cantidad de óxido formaba una película gruesa por delante de lo que antes había sido un glorioso y noble metal. un par de decenas de arañas habían hecho de las esquinas su hogar y me miraban curiosas y expectantes. asustaba un poco. el piso era de madera y crujía en cada paso. como voces implorando clemencia. lamentos perpetuos.
miré hacia atrás. tenía ganas de volver, de desandar lo andado. de arrepentirme de nuevo.
coloqué la mano sobre la puerta. seguía con ganas de irme. el corazón me latía muy rápido.- lo tenía en la garganta. las piernas se transformaban en agua. temblaban. empujé la puerta. nada. empujé con todas mis fuerzas. nada. todo mi peso contra la puerta. tomé un poco de distancia.
la mirá de arriba a abajo. arremetí contra ella. nada. solo un hombro magullado. las arañas se reían. el polvo se reía. a mi me dolía el hombro. miré hacia arriba. a veces el coraje se desperdicia.
puse el pie izquierdo sobre el útlimo escalón, que ahora era el primero.
llegué hasta el principio de la escalera, que ahora era el final.
apagué la luz y me fui.
a veces el coraje se desperdicia.

lunes, 1 de septiembre de 2008

ellos que se aman

es mediodía en algún lugar de la tierra mientras yo te desvisto rápido. no tenemos mucho tiempo.
y empieza el juego de sombras. vos con tus plumas y yo con mi papada. los colores se muestran y comienza el tire y afloje. solo con escasa tela encima. nos frenamos.
seguimos, ahora despacio. caen las telas.
piel. mucha piel.
te toco. nos tocamos.
el colchón es algo duro.
sin cartas, sin señas, sin hablar. un cuerpo sobre otro. sudor. mucha transpiración. caliente. muy caliente. rítmico.
empieza despacio, cíclico.
sigue cada vez más caliente. gemidos. caricias. húmedad.
el ritmo cíclico se acelera. aceleramos.
más gemidos. entre sábanas enredadas y relojes cuyas agujan penden como espadas de Damócles. los llamados a la rutina.
en un cuarto de hotel del centro. entre goteras y rajaduras. pedazos de techo en el suelo y valijas con sueños de peruanos adentro.
embarcados en sudar. en moverse. en fundirse.
una y otra vez arremeto.
gemidos.
más gemidos.
tiemblo, temblás.
gritás.
terminás.
termino.

nos vestimos y vos prendés ese cigarrillo.
todavía no son las 14.

sábado, 19 de julio de 2008

Cuando agoniza el talento aparece la forma

atacan
cuándo la rutina asfixia,
el espejo se desnuda
y sus muertos sin maquillaje,
les guiñan el ojo.
mientras,
adulteran la ex imagen
destruyendo los indicios
de pintura complaciente,
de mentira disfrazada,
y es ahí que atacan.

desnudos,
en pedazos,
muerden desquiciados.
pero la estructura es de hierro maduro.
firme.
como sus culos,
como sus chequeras.

los dedos se estiran hacia la botella,
hacia la píldora, hacia las teles, las putas o el casino.
los dedos se difuminan haciéndole señas al conductor.
pidiéndole al acomodador un mejor asiento mientras un billete de 3 cifras se desliza en su bolsillo.

sabiendo que esa rutina los envenena.

y es cuando muere el talento,
cuando muere el deseo,
la ambición desinteresada (sin paradoja tramposa),
al alcanzar la estratósfera los últimos volumenes de aire exhalado,
ahí es que aparece el orden.
que aparece la forma,
que aparece de nuevo el consuelo maternal.

los modelos paternales estériles, monótonos, injustos, rengos y tuertos.

y el sol se pone y termina otro día.

El invierno debería ser más corto

el invierno debería ser más corto

por qué no consigo estar quieto?
por qué se siguen moviendo los gusanos?
dónde están las almas de los grandes hombres?
cómo es que todavía no me quité la vida?
cuándo vence mi seguro de desempleo?

estas son preguntas que requieren de cierta meditación paciente.

si uno quiere responderlas, claro.

jueves, 10 de julio de 2008

La página 153

Era jueves y estaba inconciente hacía ya 2 días. Había decidido desmayarse.

La hoja seguía fresca en la máquina de escribir, a mitad de camino de convertirse en la página número 153 de su nueva novela.
No había alcanzado a darle de comer a su gata, la cual revolvía ansiosamente la bolsa de basura buscando algo que masticar.

Había dos sobres al pie de la puerta, descansando al final de un camino labrado de la ranura a la alfombra, entre el polvo del suelo.
Uno decía 'urgente' en el remitente y al dorso estaba firmado por un doctor. En el interior se encontraba el resultado de su último examen que decía que tenía una masa inquieta en medio de uno de sus pulmones. Cáncer. Células rebeldes, masa asimétrica, anárquica, depredadora de grandes hombres.

El otro sobre contenía una notificación de algún banco acerca de algún cheque que había rebotado o algo así.

Su cuerpo estaba a mitad de camino entre la cocina y el sillón, tirado panza arriba. Desparramado en una forma casi poética. Tenía solo una media puesta y con el pie desnudo había pateado al caer una botella de vino que se había desparramado por el suelo, alcanzando un ejemplar de 'el almuerzo desnudo' y tiñéndolo de rojo sangre.

'No tengo espacio en el contestador porque todas la mujeres a las que dejé quieren vengarse', así comenzaba la página 153.

Estaba en calzoncillos, de musculosa blanca y con 56 años de duras penas encima. Su cara tenía dibujada una sonrisa de lo más extraña, que incluso dejaba ver algunos de sus dientes amarillos asomando entre los labios.

Era su primera sonrisa en meses.

Había tenido suerte con las cartas y con la venta de su última novela, gracias a un pequeño juicio por difamación que le inició su ex esposa y que adquirió una notoriedad muy inusual que lo puso en todos los noticieros en horario central durante algunas semanas.

La televisión estaba encendida, como de costumbre, y en ella un señor de traje intentaba convencer a la humanidad de las virtudes de algún jabón de lavar ropa.

La heladera estaba repleta de botellas de cerveza de distintas marcas, que esperaban.

La gata ahora se paseaba por entre los borradores arrugados de la novela que empapelaban el piso por superposición.

Ya eran las 20 y los últimos rayos del sol arañaban el horizonte. Afuera, en la calle, una mujer estaba siendo asaltada por otra mujer con buena pinta y dos taximetristas se peleaban por un pasajero. Un perro perseguía un gato y otro perro revolvía en la basura del edificio.

Un policía dormía placidamente dentro de un auto y los restaurantes empezaban a prender las cocinas. El mundo seguía girando y la gente viviendo o muriendo a su manera, pero él había decidido tomarse un descanso.

Estaba casi seguro que despertaría para el sábado. Tenía que ir a firmar libros a una librería céntrica y necesitaba el dinero. Siempre necesitaba el dinero.

Ya era plena noche cuando la gata decidió que sería mejor dejarlo solo y saltó por la ventana.

Empezaba a levantar un poco de viento, que agitaba dulcemente la hoja de la máquina de escribir, como si la estuviera arrullando. Tembló y luego se dobló, recostándose sobre el teclado de la máquina.

El reloj marcaba las 21 y en la tele estaba comenzando el famoso debate entre Chomsky y Foucault que estaba repitiendo la televisión holandesa.

Él se lo iba a perder de nuevo.-

miércoles, 2 de julio de 2008

la cura, el olvido y el sentir impoluto de la risa

arrastrarse,
ese es el truco.
arrastrarse hasta alcanzar la pierna de alguien de mire hacia abajo.
alguien que ofrezca su mano y sepa guardar un secreto.
intentar mear en el cielo desde el mismísimo infierno.
sé que parece una locura, y debe ser porque lo es...

sentado dentro de una rueda que gira, gira, gira, gira y nunca se detiene.
abriendo ventanas impalpables que indican que el corazón sigue abierto y no hay nadie que se anime a darle puntos.
naufragando entre corazas de ex-hombres gimientes, a medio camino entre pudrirse y desvanecerse.

no hay cruzada que esconda beneficios para uno. no hay beneficios personales cuando uno cumple órdenes, ni posibilidad de escape cuando la prisión es invisible, intangible y tan asfixiante como imposible de destruir. cuando la prisión es contemporánea y sostenida por familiares, políticos, amigos, ex novias y todos aquellos corderos estúpidos que duermen en una sociedad estéril y estrecha.

cada día que pasa entiendo menos y me alejo de ciertos paradigmas estables que creí estaban allí para quedarse. y resulta que solo son espejismos de una moral inentendible, de un destino que refleja cierta agonía intrínseca, cierta melancolía devota de la decepción y los collares de caracoles.

no quiero ser presa del olvido ni del engaño. para que hechar más leña a una fogata que ni siquiera está encendida?
por qué buscar en el fondo del abismo un poco de luz para poder ver mis manos? por qué justo en el fondo del abismo? por qué fondo y por qué abismo?
maldito pesimista...

pero sé que se puede ver como la cuchara que se hunde en el frasco de dulce de leche sale limpia y brillante.
y como en medio de una tremenda tormenta, 2 niños corren y ríen buscando refugio del llanto divino.

y yo que por eso te busco en sus caras.
y yo que por eso te espero bajo la lluvia, tosiendo mi pleura de a pedazos.
entre sangre y colchones rotos.
entre melodías olvidadas y sonajeros recién fabricados.
y en un mundo sordo.

viernes, 13 de junio de 2008

la mortalidad prematura (o de como destesto los espirales sociales)

nací en esto
para esto
y por esto

miles y miles de manos
buscan revolviendo en la misma bolsa
la llave que las saque de acá.
la puerta que les permita escapar del espiral vertiginoso de la rutina
y los sueños rotos e inalcanzables.
miran arriba y gritan esperando ayuda
pero nadie viene.
sus destinos son horribles y nadie se hace responsable,
no hay ninguna oficina a la que reclamarle en este caso.

la botella ayuda,
la tele ayuda.
también el destrato y la hiporesía ayudan.
como la chica adolescente que se mete los dedos en la garganta luego de la cena familiar, todos ellos piensan que su suerte puede cambiar de un plumazo.
y la verdad es que no es así.
ni lo será.
pero no lo quieren ver,
y siguen yendo a misa
y comprando los fines de semanas camisas que no necesitan.
y se olvidan de sus hijos y sus sueños y se vuelven mezquinos y desconfiados.

dejan de escuchar música y de ceder el asiento en el ómnibus a las señoras de edad.
llegan del 3 de setiembre pensando en el 1º de octubre y con la lengua afuera.
y no saben lo que es el amor, ni la paciencia, ni la ternura ni el desinterés.

y caen muertos a los 40 años.

martes, 27 de mayo de 2008

Cazando osos

Pequeñas luces señalan el camino sinuoso hasta el borde de mi cama donde presurosos, mis sueños esperan que los invite a dormir conmigo.

Pequeños sueños colorean un paisaje de cipreses y sauces de los que cuelgan sueños de otros que tomé prestados y nunca devolví.

Collares, colores, ruidos, coherencia...

por segunda vez, entiendo porque 1+1 es 3.

sábado, 17 de mayo de 2008

Navegando por el hilo invisible de mi inconciente


Te quiero
llevar a un lugar donde hace tiempo nadie llega y dejar que crezcas y te enredes entre mis cabellos y trepar a lo alto de tus pestañas para saltar hacia abajo, hacia tu ombligo.
y con un pequeño pincel hacerte cosquillas porque mis días de vagar están terminando o yo estoy queriendo que terminen, que es lo mismo porque en definitiva lo único que importa es lo que uno quiere. y si de eso se trata, yo solo quiero encerrarme en un cuarto contigo con una botella de vino, las ventanas cerradas y el sol ausente o durmiente, no sé bien, y la luna con los ojos vendados. y quiero aprenderme tu cuerpo de memoria y recorrerlo con la luz apagada y cantarte dulce y suavemente al oído y mostrarte todas las canciones que todavía no hice pero que hablarían de vos y todas esas cosas; y luego dormirnos y despertar enredados entre sábanas revueltas y ropa interior mezclada cantando algún tema de esos felices que hace Belle and Sebastian cuando no está de bajón y melancólico, que es casi siempre, pero a veces no y cuando no está triste ni melancólico el tipo es un tipo re feliz y no parece Belle and Sebastian y hace melodías super lindas y aprovechables en toda situación que uno quiera, porque si seguimos con eso de querer yo te quiero a vos ahora, si ahora mismo y sin más dilaciones. quiero irme contigo hasta el fin del mundo y ver que mierda pasa: si nos caemos o no, porque nos podríamos caer pero dicen que caerse acompañado es mejor que solo, porque solo no estás acompañado aunque mi terapeuta dice que uno nunca está solo porque se tiene a uno mismo y que por ende nos tenemos que querer y aceptar y yo me llevo medio que a las patadas con Diego y por eso es que por ahí prefiero, si me voy a caer, estar contigo que solo. y prometo que me pondría abajo así vos caerías arriba mío y te lastimarías menos. y es que a mí no me importa tanto lastimarme porque creo que caer contigo valdría la pena y además, me lastimé tantas veces que ya soy casi adicto al fracaso amoroso. o a la esperanza, no lo sé bien. y hay días en que sé pila de cosas y otros en los que no sé nada y 'mis certezas desayunan dudas' que es una frase que usaba mucho mi ex novia que está un poco más loca que yo, lo que ya es mucho decir, y que la escribió Galeano que está más loco que todos lo que significa que en Uruguay no hay una persona más loca que Galeano excepto por los umbandistas y tarotistas y Fasano, que esos si están locos o por los poetas que todavía creen en el amor, otra soberana locura, pero como me gusta... ves? por eso digo que yo estoy loco por ese tipo de cosas. pero me encanta, me encanta y mientras me dure el encanto, me vas a encantar vos.

si, era algo así.
Nota: la letra ' y ' aparece 52 veces por cortesía de la Real Academia.

lunes, 12 de mayo de 2008

Proyecciones

sueño que sueño por vos
y te sueño a vos
y vos estás en mi sueño
y de repente no estás más
y entrás de vuelta
vas y venís
entrás y salís de mis sueños, de mi cabeza
porque es tu casa
mi cabeza es tu casa
vos sos la encargada
y vos sos mis sueños
los programás
elegís que se proyecta adentro de mi cabeza
te movés de acá para allá, a tus anchas
y me hace cosquillas
cuando te movés mucho, me haces cosquillas
y me gusta
y te quiero
pero mas que quererte, te necesito adentro mío.

domingo, 27 de abril de 2008

Detective privado

Acababa de levantar su sombrero de la tintorería. Dobló por Bolívar y tomó la 9 hacia el este.
no tenía un trabajo interesante ni mucho dinero en el banco. Tampoco ningún culo que le alegrara las noches de vez en cuando pero por lo menos pagaba las cuentas. Bah, a veces...

Lo habían echado de la policía por borracho y había estado en prisión por intentar robar un cajero automático estando borracho.
O sea, había fracasado como ladrón y policía por borracho.
Tenía el carisma de un contador y la inteligencia de un jugador de rugby pero se las daba bien con la gente.

Era investigador privado, o algo así. Había alquilado un pequeño apartamento mugroso en la parte céntrica de la ciudad. Habitualmente se encargaba de encontrar perros o gatos perdidos y a veces algún crío que hubiera huido de sus padres.
Por gato cobraba 50 billetes y por niño 30. Había más demanda por gatos que por niños y eran siempre más difíciles de encontrar.
los críos solían estar en alguna heladería, parque o juguetería escondidos. Y si tenían más edad era fácil encontrarlos en el prostíbulo de Mme Lautrec, laburándose al de la puerta, o en la tienda de revistas porno de Lucas.
Los críos eran predecibles.
Bueno, en general los hombres son predecibles.
Cuando no piensan en sexo están pensando en sexo.

Las chicas nunca se perdían, solo los chicos.

El apartamento quedaba encima de una oficina que se encargaba de colocar chinos en diferentes barcos y karaokes. El encargado era Tom, un chico decente con un coeficiente intelectual de 56 que acababa de perder su trabajo como jefe de redacción de 'Búsqueda'.

Jim no tenía un gran corazón, prácticamente odiaba a todo el mundo y su bondad se limitaba a limpiarse el culo con el suficiente papel como para no ensuciar demasiado la ropa interior que le robaba de la cuerda a su vecino. Pero necesitaba una telefonista y ninguna mujer era lo suficientemente corajuda como para acercarse a su desvencijada oficina-monoambiente-infierno y aceptar el trabajo así que se lo ofreció a Tom.
Los chinos le tenían verdaderamente harto. No paraban de llegar de China y los bares de karaoke ya no los querían así que solían quedarse a dormir en la habitación de Tom que quedaba encima de la oficina. El olor de los tipos era verdaderamente diferente. Una mezcla de perfumes baratos de puerto con atún y yute. No sé, indescifrable.
Cobraba 20 billetes por semana. Una verdadera miseria. Y Jim le estaba ofreciendo 13. Ese Jim era un verdadero hijo de puta tacaño, pero no podía pagar más. Tom aceptó casi enseguida.
Colgó el teléfono y bajó corriendo la escalera, pisando a cuanto chino encontraba en el camino.

A las 6 de la tarde estaba atendiendo el teléfono sentado en una silla toda agujereada y que luchaba por convencer a los culos que los podía mantener en el aire. Tenía cinta pato alrededor de todo el respaldo y agujeros de gusano taladro en 3 de las 4 patas. Pero no había chinos, y Tom estaba tranquilo.
El despacho era más bien deprimente. Tenía una sola ventana de espaldas al escritorio de Jim y una persiana veneciana absolutamente desvencijada. El escritorio lo había comprado por 35 billetes en un remate y tenía inscripciones por todos lados. Una biblioteca también sacada de un remate, un poster de Jack Kerouac señalando con el dedo, una silla en buen estado, dos vasos -uno con marcas de labial rojo en el borde-, montones de papeles, 56 fotos de gatos y 23 botellas de whisky todas abiertas y en actividad.

Con una cuenta de luz de 90 billetes y un ingreso bruto de 23 Jim sabía que estaba en aprietos. Lo primero que hizo fue hablar con Tom: 'Mira chico, sé que recién comenzaste hoy y ni siquiera hemos tenido ningún caso pero me temo que tengo malas noticias: debo rebajarte el sueldo a 4 billetes por semana. Qué opinás?'
Tom asintió con la cabeza. Era un buen chico, definitivamente.

Jim sonrió y fue a su despacho. Sirvió dos vasos y prendió un cigarrillo. Entre la nube de humo podía ver los ojos de Tom que lo miraban con admiración.
Le acarició la cabeza y le dijo que cerrara con llave luego de terminar.

Tomó su abrigo y su sombrero, abrió la puerta y se fue calle abajo silbando 'La danza del Hada'.

3 horas después la luz del apartamento de apagó y Tom salió caminando hacia lo de Mme Lautrec.

domingo, 20 de abril de 2008

era de las comunicaciones incomunicantes II

la vida es eso que pasa mientras estamos ocupados mirando por la pantalla del celular la foto que estamos apunto de tomar.

Aquel mensaje

y en la cama, sintiendo, le escribí:

'El amor por el placer efímero mismo y la admiración momentánea por quien la suscite en uno. La suficiente honestidad para conformarse con el abrazo o el piropo inocente y no pretender más, logrando conjugar ese rapto de realismo con la fantasía individual sobre las más privadas y personales manías y costumbres del ser luminoso al que amamos.
Amarla sin olvidarme de mí, y que sus ojos no me nublen el juicio ni el alma'.

pero no me animé a mandarlo...

miércoles, 9 de abril de 2008

El incendio

el incendio estaba tan encantador que decidió dejar su maleta y acercarse a las llamas.

no era una noche muy distinta a todas la anteriores. la gente era igual de estúpida y el mundo igual de vacío.

en la parte sur de la ciudad los bomberos dormían plácidamente luego de una fiesta de despedida.
soporosos y alcoholizados soñaban con chicas de cabaret desnudas.
y la alarma, desconectada.

una pequeña y juguetona chispa saltó desde el incendio y quemó la manga de su saco. el empleado bancario no se lo tomó personal.
fijó su atención en la quemadura y le pareció que se parecía al contorno de áfrica. y era muy similar, si, aunque sin etiopía ni madagascar.

el viento silbaba. la luna miraba. el sol dormía y las llamas jugaban. parecían felices, lo juro.

entrecerrando los ojos logró delinear el contorno de las llamas. el olor a chamuscado ya le caía bien y la acción de ese fuego tan inquieto no decaía ni por un segundo.
meta crecer y crecer.

estaba completamente hipnotizado por el espectáculo y había decidido mantener una distancia prudencial para poder apreciarlo.
pero el fuego es caprichoso, como las mujeres.
e impredecible, como las mujeres.

5 minutos después, el empleado bancario estaba en vuelto en llamas.

el fuego penetraba lentamente y conquistaba una a una a sus células. avanzaba a pasos cautelosos de tejido en tejido. de superficie a profundidad. se chocó con grasa, músculo, nervios, sangre y llegó al hueso.
al quebrarse, el hueso desprendió un sonido de rama seca.
ardió, pero nunca tuvo dolor.

el poder purificador del fuego avanzó hacia su pelo y lo devoró sin pedir permiso. su corazón latía fuerte, sus pulmones se llenaban de humo negro pero nunca tuvo miedo.

ni dolor, ni miedo.

mientras la casa se desmoronaba, él pensaba en el seguro.

recordó la cirugía plástica. nunca había estado a favor de la cirugía plástica. 'muy antinatural', decía...
pero todavía era soltero, y con tanta quemadura, mañana y pasado iban a ser días difíciles.
creyó que sería prudente cambiar de opinión...

y se fue, en llamas, a buscar un taxi.

sana-sana

el otro hombre nunca se hubiera olvidado de la llave ni te hubiera besado en la nuca.
el otro hombre te habría llevado al campo de tulipanes donde se hubieran convertido en gotas de rocío.
él te habría perdonado, olvidado, incendiado y sepultado.

no necesitaría el infinito para esconderse ni tus caderas para llorar.

no te habría pedido una segunda ni tercera oportunidad.

shhh, sana-sana bonito.

sana-sana...

viernes, 4 de abril de 2008

el hombre de tu vida

acompañáme.

vendáme los pies y los ojos,
atáme las manos.

besáme de a poco y desvestíme tartamudeando.
tomate tu tiempo, en serio.

soy inflamable y le tengo miedo al sol,
y a la luz de tus ojos.

nunca entendí porque los piratas entierran los tesoros.
nunca entendí porque los acordes menores son tristes.

falto de estructuras y convencionalismos me aferro a lo único que casi conozco: mis manos
y con ellas te moldeo, te traigo de vuelta y te abrigo. y con mi mente te mareo, te intoxico e intento seducirte.

mis ojos dicen menos de lo que pienso,
y mi alma se esconde en mi estómago, abrazada al tronco nervioso que le da vida.

dice que espera por vos pero yo creo que ya no espera nada.

no quiero seguir vivo en objetos inmateriales. que todo se prenda fuego!
la certeza de que fui el hombre de tu vida me alcanza para sentirme inmortal.
aunque sea mentira.

el mejor sexo que tuviste envuelto en el alma más noble que conociste y el corazón más grande que manejaste. y que ahora es mío de vuelta.

la ilusión está infravalorada.

el mundo no sabe lo que hace...

jueves, 27 de marzo de 2008

El recorrido

señoras y señores japoneses, sean todos bienvenidos.
comencemos con el tour...

entrando a la derecha podrán observar mi conciencia: es pequeña pero voraz, y está permanentemente arrepentida. la compré en bombay, en un puesto de canastos. decían q había pertenecido a hemingway...
en la próxima puerta, del lado de la fuente, verán a mi autoestima. no suele tener esa barba de 1 mes. ahora está un poco decaída, eso es todo. suele ser bastante simpática pero no últimamente.
siguiendo y pegando la vuelta en ese corredor está mi cordura. hay que mirarla con lupa ya q es muy pequeña. las lupas las pueden adquirir por solamente 5 centavos en el puesto de la entrada. créanme, vale la pena. es muy colorida, aunque no tiene buen humor…
sigamos. por aquí, en algún lado, debería estar mi vergüenza... siempre se anda escondiendo. bueno, ya aparecerá.
subiendo estas escaleras, cuidado con ese escalón, y al costado de aquella armadura del siglo XV, enredado entre telarañas polvorientas y un carozo de aceituna encontraremos a mi talento. es un personaje bastante peculiar mi talento. siempre se cree más grande de lo que resulta ser y cuando se da cuenta se decepciona. y como además sufre de amnesia a corto plazo no aprende de sus errores. es por eso que vive deprimido. acaba de cambiar de terapeuta. antes iba con un irlandés que no creía en el psicoanálisis así que en cada sesión lo hacía masticar hojas de libros de Freud. esperamos recuperarlo pronto.

continuemos.

debajo de ese tapiz persa está mi vanidad. mujer coqueta y hermosa que suele deambular desnuda por la casa cuando no hay gente. ahora duerme porque tuvo un fin de semana agitado. nos conocimos hace 7 años en un desfile. desde entonces somos como uno.
mi sensibilidad se encuentra en el salón principal, que queda dos puertas más hacia el fondo. ahí habita con Alicia y el conejo que corre. los tres se la pasan tomando el té y llorando por cualquier cosa. nuestro presupuesto de pañuelos descartables es gigantesco. ah, olvidé decirles, mi sensibilidad es enorme y se la pasa aplastando cosas.
mi intelecto duerme casi todo el día y por las noches suele ir a visitar a alicia, el conejo y la sensibilidad. vive en una habitación aparte con mi entusiasmo. no se llevan muy bien. por eso el intelecto cada vez que puede se escapa y se va para la habitación principal.
ahora anda rengueando de la última vez que mi sensibilidad lo aplastó.
mi entusiasmo está enfermo. no hay vacuna que le venga bien y ningún remedio le hace efecto. creo que tiene mal de amores y eso se cura solamente con plasticina rosada entre las pestañas y té de castor.
mi responsabilidad usa lentes gruesos. muy gruesos. aficionada al aeromodelismo y a las ecuaciones de 5to grado, vive encerrada en el altillo y solo sale cuando la luna está menguando. cuando la conocí repartía panfletos reaccionarios en la puerta de la iglesia matriz y quería ser cantante. nunca pudo afinar una nota. la conocí a los 5 años.
mi memoria es extremadamente amable y cordial con todos. es madre soltera de miles y miles de pequeños recuerdos que viven correteando por el pasillo del ala occidental de la casa. cocina unos buñuelos increíbles...

acompañenme ahora al jardín. en ese banco, está el amor. siempre vestido de traje y con sombrero de copa, así, como lo ven. con monóculo y todo. él espera. siempre sentado en ese banco esperando. mira el reloj de bolsillo con impaciencia y espera. así llueva, truene o nieve, él espera. dicen que en verdad no es el amor, sino mi locura disfrazada… habladurías.
mi locura vive en un pozo de 57 metros de profundidad en el fondo del jardín sur.
allí fue encadenada hace un tiempo por mi responsabilidad y mi cordura, celosas de su talento y de como contagiaba a todo el resto de los habitantes de la casa. lo que ellas no sabían, es que mi locura era hija de mi inteligencia y sobrina de mi astucia y suele escaparse todas las noches, a veces ayudada por el alcohol. corren junto al amor alrededor de su banco y dibujan sueños entre árboles con crayones de colores: el alcohol, la locura y el amor. al amanecer, la locura se vuelve al pozo y el alcohol se evapora. el amor queda solo sentado en su banco, esperando que la locura lo estimule nuevamente al caer el sol.

señoras, señores, espero hayan disfrutado de este paseo.
no dejen de recomendarnos a sus amigos.
la tienda de regalos está abierta.
pasen y compren.
muchas gracias y espero hayan disfrutado su estadía con nosotros.

hasta la próxima.


martes, 18 de marzo de 2008

Almas en venta/Mundo controlado

quién te habló de nosotros?
cómo mierda llegaste hasta acá?

no deberías habernos encontrado ni deberíamos estar teniendo esta conversación.

caDA SEGUNDO QUE PASA es un segundo que potencialmente puede ser asimilado, y no podemos permitir que te lleves nada de acá.
recordar no es bueno para nuestros intereses.

tenemos un mundo que manejar!
los hilos necesitan más camuflaje y la cadencia de nuestros movimientos se está volviendo predecible. pronto podríamos caer en el ostracismo...
pero esto no va a terminar.
van a llegar demonios peores.

eso es lo que querés?
estás dispuesto a sacrificarte por eso? para ser dominado por peores hombres?

la revolución carece de sentido.
hoy, una revolución carece de sentido.
que harías con tus celulares, tu pantalla plana, tus discos, tus computadoras portátiles y tus autos contaminantes? tu pornografía gratis, tu casa ecológica y tus bombitas de 100 watts?
cómo conjugarías tus ansias libertarias con tu encadenamiento a la teconología?
deberías renunciar a todo ese opio. y no podés. sabemos que no. porque no querés...

nosotros no controlamos a la religión. dejó de ser rentable.
la internet, la televisión, todo eso es mucho más conveniente. tenemos tu mente a nuestra disposición. la tuya y la de millones y millones de imbéciles alrededor del mundo.
y no tienen ni la más remota idea al respecto...

no vas a poder con nosotros.
por más predecible que nos volvamos,
por más debilidad que demostremos.
somos mejores que vos y que ellos.
tratá de voltearnos!
TRATÁ!!!
te desafío.
SOS FÁCIL, igual que todos.

desde antes de llegar acá ya habías bajado los brazos. no era necesario ni convencerte.
cada día es más fácil...

seguimos vendiendo y comprando almas.
la tuya ya es nuestra.

gracias y no vuelvas.

* N. del E(scritor): texto de cuya autoría debería, pero rehúso hacerme cargo.

domingo, 9 de marzo de 2008

Sobre el don poético

En mi cabeza descansa una corona de hermosas espinas rosas,
bendición maldita de visión particular y bella de un mundo gris y obsoleto,
lleno de carne de lupa, material de microscopio, personajes de novelas oscuras.

regalo, que de haber sabido, habría rechazado a aquél que me lo regaló.

mano suave, delicada y preciosa, que me aprieta el cogote exprimiendo el aire fuera de mi garganta...

asfixia


como una colorida tapa de ataúd.

la modernidad y los sueños

pasivo, estático, somnoliento, aburrido, aturdido.

tanto ruido y modernidad decadente abruma por momentos que duran noches enteras.
la soledad cala hondo en cada rincón apolillado del alma noble que quiere rendirse.

busca una cueva silenciosa donde ser alguien y nadie.
sin agendas, velocidad ni prejuicios occidentales añejos. y que el valor de cada manzana las lleve a caer por su propio peso y sin atajos, ayudas ni mentiras.

esfera de cristal que se tambalea entre lo virtual y lo ideal, eso que tan seguido confundimos como lo mismo. y que dándole la mano a ciertos demonios y fantasmas se acurruca y cierra los ojos.

y se duerme,
pero no consigue soñar.

lunes, 25 de febrero de 2008

la fábrica de sueños

la entreverada enredadera daba paso a un sinuoso camino de cipreses dorados que bordeaban gentilmente un arroyo a ambos lados del trayecto.
se detuvo a la sombra de unos árboles, la tomó de la mano y cuando la fue a tocar, ella, como el hielo que se derrite, se derritió entre sus manos. y la perdió de vista para siempre.

la fábrica de sueños era un lugar bastante arquetípico, construido dentro de los parámetros condicionantes de un mundo onírico y surrealista.
sus fronteras eran borrosas pero existían y si bien ahí se podían vencer leyes como la de la gravedad u observar el derretimiento de alguien entre nuestras manos, esos límites casi invisibles impedían la extrapolación de cualquier elemento de ese mundo hacia la realidad.

se podía entrar con cualquier cosa a la fábrica, pero no salir.

y así fue que él llevó su imagen, que por inestable se terminó derritiendo.
y llevó su risa, la que sacó de un bolsillo y colgó de un árbol, de donde cayó y explotó en mil pedazos.
y llevó sus lágrimas, para beberlas en caso de necesidad, las que se evaporaron casi instantáneamente.
y llevó también su amor, el cual terminó fundiéndose de forma casi imperceptible con el paisaje y lo perdió de vista nuevamente, solo que esta vez en sueños.

y fue sentado a la sombra de otro árbol, con su cabeza entre sus manos, que decidió olvidarse de amar y dejar esa idea por escurridiza.
ni en sueños la podía contemplar.

y lloró tanto que se transformó en río.
y pasó a ser sueño de otro y en otro lugar.

y nunca más la extrañó.

y nunca más despertó igual.

viernes, 22 de febrero de 2008

Jim: la sala de espera

El infierno tiene que ser una sala de espera, sin dudas.

como las odiaba. toda esa gente esperando lo mismo, concentrada en el mismo lugar, mirando extraños y tratando de adivinar sus preferencias o perversiones sexuales, su trabajo, su opinión sobre el aumento del boleto y gilipolleces por el estilo.
como sardinas apretadas dentro de una lata esperando para ver a cual mastican primero.
ese lugar era un infierno.
o así lo sentía él.
y ya sé que jim no es precisamente un tipo sociable pero vamos, tampoco es un monstruo.

lo que más le molestaba de las salas de espera era la conversación inútil. el diálogo por el estúpido placer de dialogar, incluso sin el menor interés en lo que la otra persona puede contestar. la necesidad que tienen algunos vejetes de arruinar el perfecto silencio del desinterés, con algún comentario estúpido acerca del clima, algún resultado deportivo o el análisis inútil de la coyuntura política internacional... bueno, es cierto que nunca me encontré con ningún desconocido que se me pusiera a hablar de política de la nada. creo que la gente no habla con desconocidos de política ni de religión... es extraño. quizás sea porque nunca se sabe quien se puede ofender, no?
o quizás simplemente no tienen el cerebro suficiente y prefieren hablar de tinelli o gran hermano.

en la sala habían 3 personas más: un gordito que cabeceaba cada 47 segundos y caía en un ligero sueño del que despertaba para luego repetir el ciclo 47 segundos después, una dama muy nerviosa, con un maquillaje horroroso y pinta de estrella porno en decadencia, que no paraba de mirar su reloj, y un individuo de lentes quien jim estaba seguro que vendería tiempos compartidos y en su tiempo libre se dedicaría al aeromodelismo o alguna estupidez así. ese tipo tenía la mayor pinta de infeliz de la historia, y si había algo que jim conocía era infelices...

levantó la mirada y se encontró con un cartel que decía prohibido fumar. "Putísima madre..." se dijo. si había algo que lo podía sacar un poco de la situación de miseria moral en la que se encontraba era prender un cigarrillo.
el gordito comenzaba a roncar. no eran unos ronquidos muy fuertes pero constantes, cíclicos. muy molestos.
cesaron casi en seguida.

iban 20 minutos de espera y había silencio. ninguna pregunta infeliz, ningún comentario molesto. 20 minutos de silencio, todo un récord.

la mujer del horrendo maquillaje hojeaba una revista y el hombrecillo desgraciado miraba el bolsillo de su chaqueta. que pinta de infeliz que tenía!
estaba un poco agitado y se notaba que respiraba con algo de dificultad. metió su mano en el bolsillo del pantalón y extrajo un inhalador que se llevó inmediatamente a la boca, y se dio unos 6 disparos. tosió un par de veces y suspiró.

27 minutos de espera silenciosa. jim jugueteaba con un 'la paz sin filtro' entre sus dedos, soñando con encenderlo y echarle todo el humo en la cara del desgraciado de lentes.
a veces podía ser un verdadero hijo de puta.

31 minutos de silencio. jim se comenzaba a impacientar.
la jodida pisquiatra siempre lo hacía esperar. como cuando llegó a la consulta la sala de espera estaba vacía, supuso que él sería el primero en entrar.
pero hacía 1 hora y 32 minutos que la psiquiatra estaba con la misma paciente. claro que jim no lo sabía. para él hacía solo 32 minutos, el tiempo que él llevaba esperando.
una psicópata bipolar que había querido matar a la tortuga de su hermano engrampándole la garganta con una pequeña engrampadora de escritorio marca 'remo' mientras el anfibio dormía plácidamente en un su pecera de vidrio.
decía que un disco de jorge drexler se lo había ordenado: "clavo mi 'remo' en el agua...", clarísimo.
maldita loca.

cuando se abrió la puerta jim saltó del sillón como un payaso de una de esas cajas de sorpresa.
la piscópata de alejaba sonriendo y dando saltos.

"Hola Jim, hacía tiempo que no te veía por acá... qué es de tu vida?", le dijo la Dra. Watts, a lo que jim respondió, con una total falta de decoro y tacto, de una manera casi brutal: "Mire, ud me cae como el culo y yo sé que yo a ud tb. Así que dejémonos de estupideces, deme mi maldita receta y no va a ver mi culo peludo ni un segundo más".

el hombrecillo infeliz estalló en carcajadas. estalló. se le reventó una vena de la nariz y empezó a sangrar como loco, y se alejó corriendo al baño, dejando un camino de sangre tras de sí.
'bueno, al fin algo verdaderamente gracioso' pensó jim.

"Si es lo que de verdad quieres, supongo que lo puedo hacer. tomá, acá tenés para dos meses. que tengas suerte" y cerró la puerta.

Jim guardó las recetas en su bolsillo de atrás y se alejó silbando 'La macarena'.

al salir del consultorio le preguntó al portero si conocía algún buen bar por la zona.
necesitaba un trago. afuera llovía a cántaros.
salió y se dirigió a un bar de parroquianos de mala muerte. se detuvo en la puerta del bar e intentó encender su tan ansiado cigarrillo cuando un auto pasó a toda prisa y lo ensopó de arriba a abajo con agua barro. se limpió los ojos, escupió su cigarrillo y lo vio: el maldito hipócrita de descostillaba de risa en el asiento de acompañante de aquel sedan azul...

martes, 19 de febrero de 2008

Despertá de una vez !

hijo un fin de semana que parecía promisorio pero terminó siendo una amarga despedida dosificada en torturantes y convenientes cuotas, lentas cuotas.

cuando el pasado se repite, una y otra vez y la impotencia se instala en uno, cruzar los brazos debería ser fácil, pero no.
no lo es.
carajo, ni a palos...

elijo entonces gambetear la risa, sangrar en hojas y que mi pluma tosa y escupa como tuberculosa toda la miseria, el dolor, la tristeza y la soledad que en este momento siento.
soledad. porque todos estamos solos, lamento informarles. así nacimos y así nos vamos a morir. SOLOS.

y como el boxeador que luego de una paliza se tira en la lona y que aún sabiendo que todavía aguanta un poco más, elige imprimir su boca ensangrentada en el piso del ring y despedirse de cualquier posible victoria, elijo la salida fácil.
la que no nos enseñan en la escuela.

y trenzándome con mi imaginación, me cuesta verle un final feliz a una historia que tiene todos, pero todos lo ingredientes para tenerlo pero se deshace en excusas.

despertá, estúpido, que tu vida te necesita.

viernes, 8 de febrero de 2008

Jim: sangre de hipócrita y exceso de equipaje

La reunión con el hipócrita comenzó mal, y terminó peor. Jim salió del 'Sad Rabbit' con la camisa ensangrentada y el puño izquierdo queriendo revancha. El hipócrita yacía inconciente contra la barra del bar repitiendo con gran dificultad, pero constantemente, "maldito borracho fracasado!".

Su corazón latía con fuerza y se sentía estupendamente. Los vapores de la borrachera se disipaban y trataba de recordar el porque de su altercado con el enano aquel... parece ser que el hipócrita le había jugado sucio otra vez: no habría trato con la editorial y pasaría otro año más sin poder publicar sus trabajos. Todo porque el hipócrita le había exigido el 70 por ciento de las regalías. El 70 por ciento! Maldito enano...

Entró al primer bar que encontró y pidió dos whiskies.
Una bien delineada dama rica le ofreció fuego.
"Primero ofrézcame un cigarrillo", retrucó Jim. Sacó una caja dorada de metal de su cartera y le ofreció unos deliciosos cigarrillos mentolados húngaros. "No tiene La Paz sin filtro?", preguntó nuestro ensangrentado protagonista. "No", respondió ella con un aire mucho más empático de lo que uno podría suponer, asumiendo que la respuesta venía de una persona de posición elevada y, según la regla, prejuicios igual de elevados.
Jim tomó uno de los cigarrillos y le dio fuego.

Una vez roto el hielo, comenzó la charla con una pregunta bastante predecible: "Qué es eso que tienen en su camisa? Es sangre? Se encuentra usted bien?". Jim respondió con displicencia mientras pensaba, 'la puta que buen cigarrillo!'.

El lubricante social por excelencia hizo un espectacular trabajo. Tanto es así que una botella de whisky después ambos entraban juntos al hotel abrazados y cantando con gran algarabía, como si estuvieran festejando la reciente finalización de alguna guerra mundial o la muerte de todos los participantes de gran hermano.
Stenwick, el recepcionista, al ver a Jim se le acercó y haciendo uso de una gran discreción, producto de su infancia en Bristol, le notificó que esta semana debería liquidar todas sus deudas con el hotel o sino tendría que marcharse. También le comunicó que el hipócrita estaba fuera de peligro pero con un severo corte debajo del ojo izquierdo y que había decidido no presentar cargos.
"Ojalá que se vuelva al mundo subterrráneo de donde salió, maldito enano comehombres".
Jim llamó al ascensor, mientras la dama rica cantaba edith piaf a todo pulmón y completamente fuera de tono. En el lobby habían 54 aspirantes de doble de Lara Flynn Boyle. A cual cara más demacrada...

La dama rica era muy bonita. Rasgos delicados, ojos color azul francia y acento francés a tono. Hermosa figura, aunque daba más gusto verla partir que llegar... Su nariz era pequeña, simétrica, hermosa, pero acusaba un ingreso excesivo de cocaína: se veían ciertas venitas y vasos sanguíneos que no suelen estar en ese lugar.
Carecía de toda cultura general, pero era astuta, hermosa, rica y, sobretodo, fácil. Casi tan fácil como él.
Llegaron a su habitación.
Jim pasó la tarjeta por el lector de la puerta y ésta demoró unos segundos más que de costumbre en dar el ok para entrar.
El crujido de la bisagra de la puerta, que estaba un poco oxidada, asustó a un pequeño grupo de palomas que estaban en el balcón y que se alejaron volando a toda prisa.
El cuarto era un desastre.
La botellas vacías se contaban por decenas. Las mucamas del hotel le habían suspendido el servicio a Jim por falta de pago.

Gladys, una señora de unos 60 años, viuda, sin hijos y muy simpática (aunque fea hasta el espanto...) venía 2 veces por semana y le hacía una limpieza general. Había dejado de trabajar en el hotel hacía 3 años, pero quería a Jim como al hijo que nunca tuvo y él se aprovechaba de ello.
De todas formas, Gladys estaba fuera de la ciudad desde hacía un par de semanas, y Jim era incapaz de limpiar aunque fuera la más mínima mancha del cuarto.

La dama apartó las botellas de una mesa, desparramó un poco de coca y se metió todo lo que pudo en la nariz, mientras Jim orinaba con la puerta abierta y con el asiento del inodoro bajo.

Al finalizar el ruido de la cisterna, ya estaban desnudos. Se besaban tan apasionadamente que parecía como si se quisieran borrar los rasgos de la cara. Ella clavó sus uñas en su espalda, y Jim gimió de placer. Él se colocó arriba; luego abajo; luego de costado; luego parado delante de ella y luego por detrás; se arrodillaron, se acostaron, se sentaron, giraron, saltaron, gritaron, sudaron mucho, mucho, muchísimo, y terminaron.

Jim no quería exceso de equipaje y la hermosa dama rica menos.
Ella se vistió, y 48 hs después de entrar en su habitación la abandonó.
Entre nubes alcohólicas y una resaca que no era del todo desagradable, sintió la confusa nostalgia de la batalla, el dulce dolor del amor sin compromisos.
Y ella no le dejó ni su número...
Pero volverían a encontrarse, o eso creía él.

lunes, 21 de enero de 2008

Jim: el inicio de la caracterización del hipócrita

Seis de la tarde. el cielo era de un gris plomizo, impenetrable, y su humor estaba a tono. su agente había renunciado, luego de la décima amenaza de muerte en menos de una semana...
desde la ventana de su cuarto de hotel se podía ver la mitad de la ciudad. no era una excelente habitación, pero la vista compensaba por las manchas de humedad.
en el sillón había tres quemaduras de cigarrillo y una mancha de café grande en el almohadón central. seguro tendría que pagar por eso luego...

hacía un par de meses que Jim no visitaba a su psiquiatra. había cancelado un par de charlas, plantado un par de chicas y tomado un par de botellas de vodka de más, pero se sentía bien.

cuando empezó a llover, jim decidió salir a caminar por el centro. levantó el teléfono y marcó el número del hipócrita. él hipócrita era un hombre bajo, con una acaudalada barba como para compensar el aspecto infantil que le daba su pequeño tamaño. se había ganado ese apodo gracias a su excesiva manía de criticar a todo el mundo a sus espaldas.
vivía mascando chicle y se creía importante. demasiado. trabajaba en el municipio en el sector cultural donde era asistente de la productora general de espectáculos y nunca usaba sombrero. tenía un celular muy pequeño (sostenía que el tamaño del teléfono móvil era inversamente proporcional al éxito personal) y una sonrisa excesivamente blanca. trataba a las mujeres como objetos dispensables y aseguraba haberse acostado con media ciudad. el rumor decía que era un homosexual frustrado. era un completo imbécil y jim lo sabía. pero lo necesitaba.

colgó. bajó por escalera los 13 pisos, saludó al portero y antes de salir colgó su paraguas en la entrada.
al salir, metió el pie de lleno en un mugriento charco de agua: 'pero putísima madre!', escupió y siguió su camino. sabía que el hipócrita era un poco impaciente.

la cuidad estaba gris, como siempre, pero un poco más.

sábado, 12 de enero de 2008

Jim: primeros elementos descriptivos

'un día sin sol sería ideal en este momento', pensó mientras se quitaba las gafas oscuras e ingresaba al hotel.
la necesidad de carne humana invadía las entrañas de jim, quien con su ansiedad derivada de una horrenda abstinencia de percodan intentaba no destruir cada cosa que tocaba a su paso.
ella lo miró de reojo y le preguntó si tenía ganas de usar el teléfono primero. él sin dudarlo tomo el auricular y marcó un número al azar. sonó 5 veces. 'hola', una voz arrugada, con olor a poco paseo atendió del otro lado. jim comenzó a reír sin poder detenerse. la mujer, un tanto asustada, amenazó con recurrir a las autoridades y colgó.
la chica miró a jim con cara de desprecio y salió disparada en dirección opuesta. en el lobby del hotel habían 54 corredores de bolsa neoyorkinos esperando para usar el teléfono. jim decidió fastidiarlos y cortó disimuladamente el cable con una pequeña pinza.
luego se dirigió a su habitación donde le esperaba una larga charla con su agente. detrás de jim se oía el tumulto y el caos que se emepzaba a generar a medida que los corredores de bolsa se daban cuenta de la situación. jim reía para sus adentros mientras tocaba el botón del ascensor. todavía le esperaba un día difícil...