lunes, 31 de diciembre de 2007

Año nuevo

comienzo entrecortado de precisión incierta. rejunte de retazos de momentos lindos y feos que no alcanzarían a llenar la hoja de mi año. extraña sensación de vacío, de querer estar en otro lugar y con alguien más. comienzo entreverado, difuminado, entremezclado con luces de marquesinas hipócritas y sonrientes. discusión familiar por aquí, acercamiento por allá. nadie nunca termina satisfecho. nadie termina en paz. nadie empieza tampoco en paz.

2008, espero nos llevemos bien.
arrancamos con el pie izquierdo.

jueves, 27 de diciembre de 2007

La desintegración del ser

dejé el periódico sobre la mesa y me recosté hacia atrás.
sentado en un inmenso sillón de terciopelo dorado, miraba a mi alrededor casi perdido entre obras de arte (así les llamaba él...) pretenciosas y redundantes que giraban entorno a la figura fálica masculina, mientras esperaba que me trajera el bailey's con hielo que me había ofrecido una hora atrás. cuando volvió su cara estaba pálida y su mirada perdida. casi no emitió palabra y me arrimó el vaso.
prendí la tele. estaban pasando un documental sobre kubrick en canal 10. le miré a los ojos nuevamente y le pregunté si le pasaba algo.
no respondió. mechones de pelo se desprendían de su cabeza y caían como en cámara lenta.
ahora estaba más pálido y con la piel reseca. medía 5 cm menos que cuando entré en su apartamento. eso o todo, incluso yo, se había agrandado 5 cm. vaya uno a saber...
la ultraviolencia de alex y su grupo de drugs atrapó mi atención de nuevo. sentí un crujido. él se empezaba a desintegrar. pequeños montículos de polvillo negruzco se acumulaban a ambos lados del sillón en que se encontraba sentado. sus dedos se comenzaban a desdibujar. sus ojos intentaban darse a la fuga y su ya calva cabeza mostraba una coloración grisácea.
me levanté para ir al baño mientras jack nicholson hablaba de 'el resplandor'. tiré la cadena, abrí la puerta y lo ví cayéndose a pedazos. ya iba por la mitad y mediría solo 1 metro, con suerte. esquivé un ojo que había en el piso y me senté de vuelta.
'barry lyndon' tiene una iluminación hermosa pensé mientras le daba el último sorbo a un licor demasiado aguado.

pum!, brazo derecho al piso y pequeño humito que salía de él.
pum!, brazo izquierdo al piso. pierna izquierda, pierna derecha. el torso se dividió en dos y cayó un pedazo para cada lado. el piso de madera comenzaba a chamuscarse y sus restos despedían un olor poco conveniente. fui hasta el baño y tomé el desodorante de ambiente y lo eché por toda la sala.
iba quedando solo su cabeza, con un ojo desprendido que rodaba por ahí y el otro a medio salir.

full metal jacket, eyes wide shut. solo había polvo debajo de la mesa. el gato apareció y empezó a jugar con el ojo suelto. el cráneo ya solo se reducía a un pequeño vestigio óseo. el viento que entraba por la ventana de la cocina se encargó de desparramarlo.
terminó el documental. lindo.
me levanté y fui a la cocina de donde tomé una escoba. barrí un poco todo ese desastre y coloqué los restos de polvillo en la estufa. le dí de comer a Trufas, agarré mis llaves y apagué la luz.

cuando llegué a casa me dí cuenta de que había olvidado mi sombrero.

martes, 18 de diciembre de 2007

Diario 'El Día' - 12 de diciembre de 1919

Querido lector:
No se me ocurre otra forma de empezar esta carta que diciendo que lo siento. Os advierto que lo que vais a leer en estas líneas no será bonito ni fácil de comprender pero siento una necesidad imperiosa de hacerlo público.
Transitando por el ocaso de mis días, ocaso de un año definitivamente peligroso, me encuentro enfrentado con el deseo de sincerarme: no fui yo. Nunca fui yo. Recordad eso, descreído lector.
Ante la necesidad de reparar un corazón maltrecho, herido y agonizante logré encerrarme en mis dominios y practicar la autoindulgencia por un rato. Fue así que entendí que el infierno es uno mismo, y no los otros y que el ego y la vanidad, sentimientos harto rechazados por quien escribe este humilde testamento literario, pueden ser unos muy buenos aliados en tiempos difíciles como estos. Y así me dediqué de lleno a ellos.
Y así fue que la conocí a ella, en un rapto libidinoso en que el amor propio surgió por generación espontánea y me susurraba al oído los pasos que debía ir tomando a cada momento. Ella era inocente pero no tenía un pelo de tonta. Enseguida supo lo que quería y como conseguirlo. Y yo estaba pronto, en el lugar y momento indicados y con el hambre justa.
Nunca le mentí, eso debo decirlo. Me ofreció un lugar cálido donde apoyar el hombro y borrar la imagen de amante olvidado, de amante innecesario, de amante de sobra. Y lo logró. Al menos por un rato... Y me sentí vivo de vuelta. Y ahí la dejé. Desapareció 3 días después. Ese fue mi primer asesinato. Debo admitir que en el momento no lo sentí como propio, pero la sucesión de eventos que relataré cambiaron mi perspectiva al respecto.

Clara estaba sola, pero no quería estarlo y le gustaba mucho pintar. Me llevó a su casa y entre revistas y recortes de diarios viejos me dijo que me amaba. Yo le agradecí el gesto, me vestí y dejé el lugar. Nadie supo nunca más de ella. Ese fue mi segundo asesinato. La culpa empezaba a surgir como un manto lúgubre y asfixiante que cubría todo lo que hacía.

Cuando junio llegó, Julia dejaba un trabajo para meterse en otro y saltaba de cama en cama sin encontrar el más mínimo placer en lo que hacía. Me tomó de la mano y me invitó a su casa. Conmigo se sentía a salvo, me dijo. Intenté advertirle pero esta vez no pude. Cuando ella estaba más segura, y cómoda entre mis piernas que nunca, logré que pasara de un sueño a otro, mezclando barbitúricos con alcohol. Tercer asesinato. Como un relámpago de lucidez, como un atisbo de conciencia la gravedad de los hechos me golpeó. Y sentí miedo, terror de ser un mensajero de alguien más poderoso, de estar empujando ovejas desde el acantilado sin que ellas lo sospecharan...
Dejé de alimentarme y de salir por un tiempo, pero me duró poco. Volví a seducirlas, a buscarlas y a matarlas...
Y es así que la lista sigue, continúa hasta un insólito y elevado número.

Verás lector, casi como si fuera un juego, fui entretejiendo una red difícil y entreverada en la que quedaron atrapadas las más nobles almas que fueron víctimas de un deseo que no iba a germinar, de un deseo ectópico y fuera de tiempo. Ofreciendo algo que no tenía. Engañándolas subrepticiamente y empujándolas a un destino espantoso.

Pero no fui yo, nunca lo fui, os juro! Ni soy yo quien escribe estas lineas confesorias, no soy yo. Cuando el ocaso llegue definitivamente, me vas a encontrar sentado al borde de algún camino y con ganas pedirles perdón... Cómo no me detuve antes?? Cómo fui tan egoísta??
Esta carta debería tener otro destinatario y por eso os pido disculpas ya que os entreveré en un asunto del que ahora ya sois parte.

Debo confesaros que me es inevitable enfrentar el suicidio como salida fácil. Cargo con una culpa con la que ya no puedo cargar. No sé si algún día podré perdonarme. No sé si tendré el valor para apretar algún gatillo. No lo sé.

Como final de mi testamento, debo agregar que mentí. Siempre fui yo y por eso es que sufro. Oh, la agonía!!! Perdón, perdón preciosas...

Espero podais entender. Espero me perdonen.

(Montevideo, 10 de noviembre de 1919).

Nota: Esta carta fue hallada en un cuarto de hotel de la parte céntrica de la ciudad de Montevideo, el 10 de diciembre del presente año, junto al cuerpo colgante y sin vida de un hombre. Nunca se supo su nombre ni su nacionalidad. Nadie reclamó su cuerpo.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Por qué no existen las brujas?

Adónde es que un puede huir si requiere cierto refugio de días y dolores imperecederos?
Cuento contigo, preciosa, por más que no respondas a mis llantos en silencio o mis llamadas pintadas de timidez y miedo. Necesitaría que me dijeras, mirándome fijo a los ojos, que no soy importante, así te cierro la puerta en la cara y termino de agregar la última pala de tierra sobre la tumba de nuestra maltrecha pseudo relación.

Seres mudos e incompletos que nacen aislados y por su naturaleza numérica tan intensa terminan comunicándose y hablando entre ellos. Personas que no saben lo afortunadas que son por no tener siquiera la necesidad de preguntarse por qué la magia no existe...

Ahora ella estudia francés y canta. Ahora yo, que siempre me consideré calco de múltiples personalidades, me siento imitado. Si, ya sé, muy vanidoso quizás de mi parte, pero por momentos sentí eso. Ahora ya ni me importa.

Pero me pregunto, por qué no existen los principios felices? Por qué no creo en la magia? (Supe creer, si, espero recuperar la fe).

Por qué no existen las brujas?

martes, 11 de diciembre de 2007

Yo vendo, tú vendes, él compra

Vendo mi auto. Vendo mi casa. Vendo mi hámster. Vendo mis zapatos. Vendo mis muebles. Vendo oro. Vendo un piano alemán. Vendo mi asiento. Vendo mi trabajo. Les vendo la promesa de la juventud eterna. Les vendo el fin del acné. Vendo restos de un edificio bombardeado en Irak. Vendo un pedazo de un barco. Vendo meteoritos. Les vendo focas y delfines hechos pomada de cutis. Vendo mi perro. Vendo mi riñón izquierdo. Vendo calma. Les vendo paz. Vendo mi riñón derecho. Vendo amor. Vendo la felicidad en pastillas. Les vendo mi cabello. Vendo mi dignidad. Vendo promesas. Vendo mi sonrisa. Vendo mis manos. Vendo mi esperma. Vendo mis óvulos. Vendo a mis amigos. Les vendo a mi hija. Vendo a mis padres. Vendo mi alma.

Común denominador: vendo. Bienvenidos al mundo moderno. Les vendo un mapa?

domingo, 9 de diciembre de 2007

Y todo por miedo

como amantes invisibles, como unidos por un cordel inmaterial y fuera de tiempo y lugar, ella lo sueña y él hace el intento.
se aman en secreto y con telas sobre sus cabezas. se aman en silencio y a ciegas. se aman casi sin conocerse. porque él la quiere a ella y ella a él.
pero enredados en sus propios laberintos dialécticos, y a pesar del amor mutuo y manifestado previamente en estas líneas, encuentran la forma perfecta de mantener esa distancia entre ambos, cubriendo con el velo de la perpetuidad a un amor que pudo ser pero que resulta mejor en sueños.
porque la realidad a veces viene a estropear todos nuestros planes.
porque no todos tenemos el coraje necesario para enfrentar nuestros sueños a la rutina desalmada de un mundo que nunca espera por nosotros.

porque es más fácil ser manejado por el miedo que enfrentarlo.
y así transcurren miles de vidas semi-infelices, rengas y tuertas, cobardes, inseguras, opacas, mediocres.

y así el mundo se llena de almas de relleno. y cuesta encontrar a alguien por quien valga la pena llorar.

Dígale no a las anclas

Jaulas y barrotes vuelven a las andanzas, incluso cuando el carcelero me abrió la puerta y la vacuna dejó de ser eficaz.
Caras nuevas se confunden con las viejas y vuelven todo un poco mejor pero a la vez más confuso.
Labios distintos se acercan y me acarician, un nuevo fuego esperanzador que promete purificar cierto pasado.
Hojas y hojas de destinos inciertos y separados quedan por escribirse, justo en el momento en que había bajado la guardia y me proponía entregarme.
Resultó económico al final. Mucho más de lo que yo pensaba, pero menos de lo que me gustaría.

No llores diego, no llores niño. Todo va a estar bien...

De golpe, la vida sigue teniendo sentido y el optimismo tiene ganas de volver. Bah, volver volvió, tiene ganas de quedarse mejor dicho.
Viejos vínculos se reestablecen y viejos puentes empiezan a desaparecer de una manera presque definitive. Pero no es cuestión de andar haciendo futurología, porque somos lo que somos hoy y no mañana.
No bucées en el pasado ni lo hagas en el futuro.

Caminar, solo caminar.

Jaulas y barrotes vuelven a las andanzas.

Sobre la necesidad de extrañar

Y qué pasa cuando perdemos a alguien? Sin entrar en el terreno de las desapariciones físicas porque no me corresponde. Qué pasa? Cuál es el dolor? Qué es ese apego tan brutal que tenemos por la carne y los huesos? Por el ser material?.
Vivir de momentos, es es lo que vale.
La huella que deja o no deja cierto alguien en nuestro sistema límbico. Eso que se perpetúa. Disfrutar del derroche hormonal que se genere en nosotros en determinada situación. Momentos. Nunca olvidemos igual, que los momentos son finitos por definición. Terminan siempre. Todo el mundo es pasajero, y perdón por el cliché querido lector, pero la vida es un viaje en el que tenemos que aprovechar para aprender, llorar y reír todo lo que podamos mientras ese viaje dure. Y como viaje, requiere constante movimiento. De ahí eso de no anclarse al pasado, sino atesorarlo, aprender de él. De ahí de no recordar con nostalgia a las personas que ya no nos acompañan (de vuelta, sin entrar en el terreno de la desaparición física), sino recordar los momentos vividos con ellas. Y aprender, nuevamente.
Las personas pasan y algunas, dejan huellas. Quedémonos con eso y nada más, porque a fin de cuentas, es lo único nuestro, lo único real y lo único perdurable.

Que lindo que suena. Si tan solo me lo creyera...

sábado, 8 de diciembre de 2007

Sobre la intención de culturizar a las masas

tremenda impresión me ha causado cierta actitud de una porción estatal.
el desconcierto y la inmensa sobredemanda de ofertas culturales decentes, es lo que lleva a un ministerio discretamente siniestro a la popularización de la cultura y el arte como si esta fuera disminuíble, y eso me ha impresionado de una muy negativa forma...

dame educación para poder apreciar 'La Ilíada', no me transformes el Edipo de Sófocles en una murga para popularizarlo y acercarlo a las masas...
es un intento vanidoso y despreciable de atribuir cierto éxito en la culturización de las masas a la política de estado.
educálas y que entiendan porque la sonrisa de la 'Monalisa' es tan especial.
no tranformes el 'requiem' de Mozart en un candombe para que la gente lo entienda.
enseñáles porque es tan maravilloso en su forma original.

déjense de joder con el presupuesto a la educación y pónganse a estudiar.
déjense de joder con los problemas de estado, la rendición de cuentas y sus reclamos y pónganse a enseñar.
generaciones de países en desarrollo esperan por ustedes.
no nos defrauden de nuevo...

solo eso digo.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Autobiográficamente

vivo entre bolsas y hojas. enredado entre el asfalto y lo verde. con medio pie en la rutina y uno y 1/2 entre dos nubes.
voy por la vida pidiendo un poco de permiso.

mi conciencia es fugaz, porque nunca se sabe...
no me gustan los desperdicios y es por eso que no guardo muchos rencores.
pero si guardo arrepentimientos. arrepentimientos que con el tiempo se empequeñecen pero rara vez desaparecen.

a pesar de lo que digan las (a veces malditas) bocas, miro para adentro seguido. demasiado. aunque me cuesta realizar autobalances convincentes.

me gustaría que me gustaran las matemáticas y las reglas de tres, pero no me gustan.
creo que tienen un espacio de aplicación limitado a la hoja de papel en donde uno las escribe y nada más.

tengo las certezas temblorosas y las dudas firmes.
no le temo al paso del tiempo; si al doble discurso sobretodo de las personas moneda.
no le temo a la soledad; si a la ausencia.

no me gusta el mate ni el recorrido del 64 (bueno, a quién le gusta?)
tengo tendencia al empequeñecimiento crónico con exacerbaciones agudas sin desencadenantes claros.
aunque supe ser estable, hoy soy un flan.

no se (ni me gusta mucho) bailar y me han dicho que carezco de buena parla (debe ser nomás...)
no me considero afortunado ni desgraciado.
tengo tendencia al resbalón.

no me gusta la canela en el arroz con leche. tampoco me gusta mucho el arroz con leche.

físicamente, creo que soy medio flacucho, miope y debilucho en invierno.
no tengo mascotas, aunque no por voluntad propia.

vivo encerrado entre paredes ficticias con graffitis extraños que parecen tener el paradójico cometido de intentar derribar a las mismas paredes en donde se encuentran estampados.

mi vida es un ir y venir de dudas y planes fallidos.

pero no me quejo...

soy feliz.

sábado, 1 de diciembre de 2007

' 25

Pasión escurridiza y tiempos de encierrro y de mirar atardeceres detrás de un vidrio. Días sensibles y solidarios, de balances y cordura distante que ayudan a centrar ciertas prioridades en sus lugares de honor correspondientes. Amor derramado por decenas de personas que me sorprenden con saludos sinceros y delicados y yo sin nada que ofrecerles de beber...

Hoy cumplo 25 años, y no se siente tan mal.
Ganas de sonreir me sobran. Motivos? Ya están viniendo...

martes, 27 de noviembre de 2007

Pequeña anticipación de mi muerte

se escuchan ruidos y la discusión parece que tiene un final de una vez por todas.
y entre los restos de un pasado distante y semi borroso crece un brote con ansias de árbol.
retorcido e inquieto, dónde estás mi equipaje de refugio?

las cuento por miles, y las hormigas avanzan cada una cargando un segundo.
pequeñas guerreras mortales y anacrónicas, con sus cascos y armaduras. con fotos como fragmentos representativos de una época que una vez quise que nunca terminara.

en síntesis, hacía tiempo que sentía cosas que no quiero sentir más. no acepto perder el tiempo ni terminar sumergido en un mar de nostalgias y recuerdos sobredimensionados cuando sé que la próxima persona que me haga sonreír cae en cualquier momento de algún árbol de la calle, de alguna rama de mis sueños y me agarra de la mano. y nos hacemos invisibles de nuevo.
y si el mundo explota me chupa un huevo.
que pare de girar, que se incendie, que todo se pudra.
yo voy a estar en mi burbuja, con ella enredada entre mis piernas, escuchando sigur rós y llorando de alegría. sin miedo.

y así pienso morir.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Como disimular emociones (en 4 pasos)

Atención!: el siguiente es un breve ejercicio para disimular emociones. Diversas situaciones de la vida cotidiana nos pueden conducir a tener que utilizar un recurso como éste. Siempre es útil tenerlo a mano. Una vez aprendido, se puede practicar cuantas veces quiera!

Paso número 1: experimente algún tipo de emoción.

Paso número 2: arrepiéntase del paso número 1.

Paso número 3: Este es el paso más importante: proceder a esconder la emoción fruto de su arrepentimiento. Para ésto, ud. deberá contar con un público a quien esconderle la emoción mencionada.
Una estrategia útil es convencerse de sentir exactamente lo opuesto a lo que siente. Ej: si está triste, actúe eufórico; si está indeciso actúe convencido.
Nota: Los matices en el carácter de la emoción a manifestar variarán según el escepticismo y grado de conocimiento previo de su persona que tenga el público objetivo.

Paso número 4: Reciba comentarios que avalen el estado de ánimo que ud. deseaba manifestar, confirmando el éxito de su estrategia.

Felicitaciones, es ud. todo un ser humano y ha dado su primer paso hacia la adaptación social exitosa!.

2007. Feel-Happy Inc. All rights reserved.

Un último intento

cuando crucé la puerta ya era de noche. me senté en un sillón al lado de la estufa, que a pesar del frío estaba apagada. ella me dijo que la esperara. me sentí abrumado por tanto decorado barroco anacrónico y fuera de lugar pero evité darle demasiada importancia.

decidí esperar sentado y para matar un poco el tiempo empecé a garabatear en una hoja. recordé un ejercicio que me habían enseñado, que consiste en escribir palabras sin pensar. escritura libre, o algo así creo que se llama. comencé a hacerlo, sin tener demasiada fe en que mi corteza fuera a evitar participar del asunto. antes de quince minutos había llenado tres hojas con palabras. decidí dejarlo. me pareció demasiado psicoanalítico y me hacía acordar mucho a ella y sus técnicas extravagantes para la relajación y el encuentro de la paz interior. algo que siempre odié y admiré en cierta forma.
habían pasado cerca de 40 minutos ya, y de ella ni noticias. me paré y decidí recorrer la planta baja prestando especial atención en los detalles del acabado de las puertas, los que me parecían extremadamente cautivantes. la luz de la luna entraba por una de las ventanas de la puerta principal y el vidrio craquelado dispersaba la luz en distintas direcciones. y era tan intensa que incluso parecía de día.
saqué de un estuche los lentes y me los puse. me llamó la atención un cuadro de maría estuardo abrazada a una oveja. no entendí nada la pintura, pero si era una apología al sexo entre las diferentes especies, me pareció de muy mal gusto, sobretodo para una señorita que supo ser reina de escocia, inglaterra y francia, aunque debo admitir que me dio mucha gracia.
sonaba leonard cohen y aire se enrarecía con un romanticismo que no supe interpretar.

empecé a sentirme un poco incómodo de más y ya habían pasado 3 horas desde que había puesto pie en esa casa sobrecargada de adornos y obras de arte decididamente espantosas así que decidí partir sin despedirme.
por la puerta pasaba un río muy acaudalado que llevaba toda la basura del lado este hacia el oeste. justo pasó un pequeño catamarán y decidí frenarlo. por 5 pesos me podía llevar hasta el otro lado del río. decidí subirme y olvidarme del asunto.

esa fue la última vez que intenté verla.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Libre escritura

Caras tristes y una ciudad que amanece huérfana.
Miradas sin destino, como faros miopes.
Las jaulas están abiertas y sin embargo todo está tranquilo.
Los animales duermen por apatía.
Eterno recorrido sin rumbo. Eterna indesición del no vidente.
Y toda la corrupción en mis manos de promesas sin cumplir...
Y ahora te miro y no creo no extrañarte.
Seis cuerdas que lloran sin prosa mi mensaje y te guío.
Bienvenida a mi cabeza.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Trágico final para un cuento romántico

corriente alterna que toma caminos alternativos (redundancia o justicia etimológica, uds deciden) guiando a mi imaginación hacia un bosque de atormentados hombrecitos grises de escueta armadura, que usan la rutina como escudo. apelmazados detrás de monolitos gravados con inscripciones que el tiempo transformó en indescifrables, tiemblan todos y en el silencio de la noche, en la calma antes de la tormenta, el choque de sus huesos entreverados es la única banda de sonido. la luna faltó a la cita, pero si vino la niebla.
el cementerio luce tranquilo, excepto por esa masa de individuos aterrorizados escondidos detrás de piedras grises derruidas y olvidadas, entreverados entre los árboles de ese tenebroso y abandonado lugar.
la verja de hierro oxidado cruje al abrirse pintando el aire con un grito desesperado, y el viento la mece casi con malicia.
ellos esperan. tiemblan. lloran y rezan por que se termine. tienen miedo, están aterrorizados.
ya se acerca la hora...

se oyen sus pasos. son solo tres y vestidas de negro. con sus rostros escondidos debajo de capuchas y antorchas en la mano. ellos las ven. la masa se desbanda y cada uno corre por su vida. todos intentan infructuosa y deseperadamente escapar a su trágico e inminente destino. arañan las paredes, intentan escalar los elevadísimos muros y saltar las rejas. los que logran escalar alguna piedra, caen y golpean secamente el piso. las primeras manchas de sangre tiñen la escena.
imploran piedad. arrodillados, blasfeman y reniegan de todo. escupen contra sus íconos, contra la fe y los valores que defendieron durante tanto tiempo y en tantas situaciones adversas.

gritos desgarradores, sangre, llantos.

ellas avanzan, impasibles. sacan sus guadañas y cumplen con su cometido. la sangre. la sangre...

los gritos comienzan a cesar.
la noche se tranquiliza. de a poco comienzan a volver los ruidos nocturnos habituales y todo vuelve la normalidad.
las tres desaparecen casi instantáneamente.

la niebla se hace densa, cae pesada y cómplice, ocultando los rastros de la masacre de la que recién fue testigo.

la verja se sigue meciendo al compás del viento.

el ruido del escape de un auto corta el silencio que ya empezaba a reinar en la cerrada y trágica noche en que la luna no quiso ser testigo de los actos de sus hijos.

a la mañana siguiente, amanecería mas tarde que de costumbre.

martes, 30 de octubre de 2007

Cercas, barreras y perdones

Existen cercas, a veces, que limitan de cierto modo nuestra posibilidad de movernos libremente y con independencia, siendo fieles nada más que al concepto de seguir impulsos. A veces, uno no las ve pero de manera subrepticia nos ponen trabas para acercarnos a ciertas cosas.
También existen perdones, que viven como especie en extinción confinados a esas cercas y que se pasan la vida esperando ser regalados a alguien.
Existen personas que son capaces de reconocer esas cercas y derribarlas a tiempo, y que a pesar del carácter a priori extinguible de los perdones, los regalan, iluminando tiempos oscuros y produciendo sonrisas a quien los recibe.
Cada perdón que se regala genera otro y así, paradójicamente, sus cercas nunca están vacías.
Gran feedback cósmico éste, que barre con otras barreras: esas más mezquinas, que las personas construyen por voluntad propia (ya sea por orgullo, temor, odio o envidia) para alejarse de los otros y sumergirse dentro de una soledad segura, pero asfixiante
y suicida.

martes, 23 de octubre de 2007

Instrucciones para leer un libro

Un libro es un objeto que a primera vista puede intimidar, pero sepa, futuro lector, que los libros son cosas muy sobrevaloradas. Uno tiende a darle un significado cuasi místico a los libros porque espera encontrar en ellos las más diversas respuestas a las más diversas interrogantes.
Los libros encierran en sus páginas desde los disparates más increíbles jamás imaginados por alguna mente humana hasta los poemas más hermosos y las disertaciones más interesantes.
Así que no tema, oh futuro lector.
Para empezar a leer un libro, conviene que consiga uno. Luego, acondicione debidamente un lugar de su casa.
Tome el libro. Observará que el mismo tiene una parte que suele ser de un material más duro y resistente que el resto del libro y se denomina tapa. Su función es la de presentar al libro y proteger su contenido. Imagínese, si se quiere, una armadura coqueta. Proceda a abrirla con un movimiento de su mano. Al abrirla, notará que la primera hoja siempre está en blanco. Nadie sabe bien porque esto es así. Continúe. La siguiente hoja muestra una cantidad de datos acerca de la impresión del libro: quien, como, donde, cuando y porque ese libro fue impreso.
Habitualmente, suele haber en la página siguiente una dedicatoria que funciona como comodín del autor para conseguir favores a cambio de prometer dedicar el libro a éste o aquel señor.
Continúe. Llegamos al título. Esta página es importante, pero breve. Lo que nos enseña que no todo lo breve es poco importante. El título es el nombre del libro. Así como algunas personas se llaman Juan Carlos Bodoque o Estrellita Laborde, algunos libros se llaman "Moby Dick" o "Los curanderos, mis colegas". En fin, solo ejemplos...
Es importante destacar que si bien el título es como el nombre del libro, uno no debe intentar llamar al mismo por su nombre, ya que éste tiende tendencia a no responder cuando uno le habla.

Bien. Llegamos a la parte importante: el libro en sí mismo.
Ya puede empezar a leer. Bienvenido sea usted al maravilloso mundo de los ávidos lectores. Bienvenido al universo de la sabiduría; al país de los infelices que acaparan la atención en las reuniones sociales transformando su ego en palabras y ametrallando con información inflada y estirada (además de poco útil) extraída de un flacucho libro de reciente lectura al incauto interlocutor que les pregunta: "Che, y estás leyendo algo?". Bienvenido sea, si señor!

No olvide: los libros son objetos sobrevalorados. Shakespeare escribía, pero también lo hizo Jorge Bucay.

domingo, 21 de octubre de 2007

Instantánea emocional

A nivel emocional me pintaron con brocha gorda y mucha pintura, medio enchastre.

A eso le agregaron un par de neuronas y me colgaron en el MALBA.

Vengo de intereses fragmentados, sueños de desvelo, canciones de otros, voces de otros.
Aprendí que los espejos existen de carne y hueso y no solo de vidrio, aunque éstos sean los únicos que entienda.

Mi reflejo es más lindo que yo
y mi sombra más sabia.

Mis errores resuenan mejor que mis aciertos, al menos en mi teatro.

Me gustaría saber quien es el idiota que anda por ahí usando mi cuerpo.

Dedicando

Para los nacimientos destinados a una vida corta

Para los amantes destinados al desencuentro

Para los casamientos a los que espera un final terrible

Para los marineros destinados a ahogarse

Para aquellos concebidos para sembrar discordia

Para los huérfanos de madre

Para los huérfanos de alma

Para los que nacen sin una estrella

Para los corazones carbonizados

Para el odio hijo del amor

Para los sueños truncos

Para los versos destinados a morir en un cajón

Para la basura que asfixia a las flores

Para los que nunca van a llorar

Para los peces destinados a morder anzuelos

Para los elefantes a los que los espera una bala


A ella, que sonríe incompleta desde su cama en un hospital


Para los nacimientos destinados a la grandeza

Para los amantes

Para los que todavía se casan

Para los troncos, que siempre flotan

Para los incondicionales

Para las madres

Para las almas

Para los que encuentran estrellas en medio del barro

Para el amor hijo del odio

Para los que sueñan

Para los corazones que derriten hielo

Para los versos que destruyen cajones

Para las flores que nacen de la basura

Para las lágrimas y pecho noble

Para los peces que escapan a las trampas

Para los elefantes


A ella, a la que una parte de su cuerpo le hacía mal.

El bosque

El pequeño duende le decía a su verde amigo que quería dejar el bosque para irse a otros lados.
Quería salir de lo que para él era la seguridad asfixiante del bosque y respirar la vorágine de la ciudad. Su verde amigo lo miró con desconcierto y le preguntó la razón de tal descabellada idea. El duende respondió que era su destino. Quería conocer la ciudad, prosperar económicamente. Ser exitoso. La desición ya estaba tomada y no había marcha atrás.

Su amigo empalideció y dejando ver sus verdes dientes, intentó esbozar una sonrisa.

Varios días pasaron en los cuales el pequeño duende comunicó sus intenciones al intendente del bosque, el señor pequeño Juan.
Una vez preparado el papeleo, se puso a la venta el hogar del pequeño duende y aparecieron en escena las mujeres trompeta, encargadas oficiales de la comitiva de despedida de todos aquellos que decidían dejar el bosque.

'tuturutuptu- pt'uuu- tuuuuuuu' (música de trompetas)

Al oír el sonido de los broncíneos instrumentos, todos los habitantes comenzaron a salir de sus hogares y el bosque -desierto hasta ese momento a no ser por la presencia de nuestros 2 protagonistas- se fue llenando de personajes tan excéntricos como simpáticos.
Todos charlaban entre sí y reían recordando los joviales momentos que habían compartido con el pequeño duende.

El lobo, recién salido de una indigestión indeseable debido a unos hongos pleurotus en mal estado, recordaba la vez en que el pequeño duende lo había convencido de no comerse a caperucita. Consecuencia de lo cual, ambos contrajeron matrimonio y eran felices padres de 2 hermosos monstruos peludos. Con nostalgia, señaló que gracias a aquel consejo, además de encontrar al amor de su vida, se había hecho vegetariano y que nunca más se comió un tipo.

Alicia, la niña dulce del país de las maravillas, se había peleado duramente con Risitos de oro. Todo comenzó por un reclamo de Alicia durante el concurso anual de verduras gigantes en el cual, el jurado, había decidido otorgarle el premio 'zanahoria del año' (el más prestigioso) a Risitos para sorpresa de todo el bosque. Los rumores corrieron como reguero de pólvora y confirmaron que Risitos le rascaba la panza al oso Julio (papá oso), el principal del jurado, y que todo habría sido arreglado para que ganara Risitos. Furiosa, Alicia se retiró del concurso y nunca más se habló con su gran amiga. El pequeño duende, con la ayuda de Campanita, las reunió con la excusa de organizar un concurso de canasta y medió la reconciliación. Hoy, ambas comparten un piso cerca del sector de las marmotas, al oeste del bosque.

Peter Pan, un veterano simpático y algo senil, recordó la vez en que el pequeño duende le enseñó a no temerle a las alturas.

hansel y grethel, le agradecieron el haberles enseñado a hacer galletitas, algo muy útil pues ya tenían cansada a la pobre bruja del bosque con sus reclamos permanentes (hansel sufría un problema gravísimo de adicción al azúcar, problema por el cual estaba en tratamiento).

El principito reía con su cordero Claudio a un costado, contando la vez en que el pequeño duende le enseñó a dibujar algo que para él carecía de sentido: un sombrero de hombre visto de costado. Ese mismo dibujo, le valió el premio ‘promesa de oro’ que lo llevó a exponer en los más prestigiosos salones de dibujo. Se escribió un libro sobre él, e incluso se comenzó a filmar una película sobre su técnica.

Cenicienta lloraba desconsoladamente. Recientemente separada del príncipe, y en medio de los trámites de divorcio, se dio cuenta de que iba a extrañar las tardes con el pequeño duende más de lo que ella pensaba. Salió corriendo y no se quedó al bailongo.

Los tres chanchitos, los tres chiflados y los tres mosqueteros (D’Artagnan había fallecido hacía unos años asfixiado con un carozo de ciruela) charlaban con los tres tristes tigres. Nadie escuchaba a nadie, ya que todos hablaban al mismo tiempo.

Romeo había engañado a Julieta con blancanieves, la que a su vez se había separado del príncipe, ahora ex marido de cenicienta, y se había casado con el 5to de los 7 enanitos, al que había engañado con Romeo. El pequeño duende, amigo íntimo de blancanieves y de Pilatos, el juez ciego del bosque, le pidió a éste que no se lavara las manos e interviniera a modo de zanjar las diferencias entre ellos. Blancanieves volvió con el príncipe, Cenicienta se fue a vivir con Gruñón y Romeo vende rosas debajo de los árboles de hojas perennes. Julieta se dio a la bebida.

La reunión era tan amena, que todos olvidaron sus problemas y se dedicaron a compartir sus últimos momentos con el pequeño duende.
Su verde amigo, ligeramente ebrio, dedicó un brindis de antología luego del cual todos lloraron abrazados.
La simpática orgía de alimentos y bebidas se extendió hasta el amanecer, cuando el sol les recordó a todos el nacimiento de un nuevo día y la partida del pequeño hombrecillo para siempre. Su verde amigo, lloró. Todos lloraron. Lo iban a extrañar mucho.

El pequeño duende se despidió finalmente del bosque y se fue a la ciudad.

Los opuestos

Si el silencio es una prisión, que pena... Lo esencial, lo hermoso, de estar solo es el diálogo ininterrumpido que sucede en nuestra cabeza. La puesta al día de eventos, pensamientos, imágenes, ideas, intenciones, miedos y ruido que uno hace en ausencia de interrupciones externas.

La soledad (en cuotas, claro), es imprescindible. También lo es la compañía.

Así, nuestra vida se construye en base al papel protagónico que le asignamos a elementos tan opuestos como estos. Como el blanco y el negro. Se podría decir que todos estamos hechos de grises. Tonos variados de grises en los que la presencia de blancos y negros varían y uno predomina sobre el otro. Por eso, a veces cuando estamos solos queremos estar acompañados y cuando estamos acompañados, desearíamos estar solos. No nos sirve ni el blanco ni el negro solamente. Nos sirve la combinación de opuestos; ese inquietante juego de luces y sombras.

sábado, 20 de octubre de 2007

Bienvenidos

nuevo lugar impenetrable para mentes inquietas y molestas de conocidos invisibles que desean apoderarse de pequeñas porciones de pensamientos de una mente compleja y aburrida.

desestímulo cuasi perpetuo de un flacucho individuo en una ciudad gris y anclada en el pasado, que mira todo de reojo y se ríe de su desconfianza en el futuro.

bienvenidos sean quienes caen en este lugar.

siéntanse como en su casa.

yo ya me siento mejor.

stanley.