miércoles, 18 de marzo de 2009

no te perdono

este es mi cuerpo.
y es mío.
y se lo presto a quien quiero.
y no tengo que dar explicaciones.
ni marcar tarjeta.
y no, no te perdono.

miércoles, 11 de marzo de 2009

el lector es imprescindible

el escritor necesita del lector.
lo desea, con ansias.
detrás de la careta de indiferencia de los escritores superados se esconde la desesperación por la aprobación de ojos extraños. el golpe en la espalda. la lágrima cómplice.

hipócritas... . escriben para ellos. para el mundo. como una extensión de su ego.

el escritor recorre un camino solitario solo para llegar al final, con la esperanza de ser recibido y admirado. elige la soledad como medio, no como fin. no como un mecanismo introspectivo de revelación de nada. la metafísica y los libros se llevan bien en la sección de autoayuda y poco más.

las palabras esperan, como una estatua de terracota, ser leídas. y toman vida.

dependen del lector. del ojo. de la boca. de la emoción en gotas.
de la caricia ególatra de quien ame u odie una novela.
si, caricia de odio.
porque solo importa trascender. movilizar. agitar el agua. nada más.

y está muy bien que así sea.

debería

debería haber sido abogado.
o contador.
o rana.
u hormiga.
o marcador flúor.
o lámpara de luz.
o cuerda de metal.
o barro.
o una hoja marrón, de esas marrones.
o un oso polar.
o un sobre de té.
o un gusano.
cualquier cosa menos un ser humano.

domingo, 1 de marzo de 2009

el fin del mundo

cuando la rutina no sea excusa, sino consecuencia aparentemente inconexa que facilite la no acción. como un catalizador perfecto.
y que escondida detrás de un arbusto mal podado decida actuar solo por diversión.

cuando la soledad resuene en cada rincón de un salón vacío; como un eco con la cadencia de un latido de corazón cansado y herido. con cicatrices que lo hagan parecer un tortuoso mapa mundi.

y la sonrisa refleja escape del catálogo hacia una selva oscura y desconocida. escape sin motivos. escape porque siente, porque huela que algo se quema. escape porque la necesiten. y porque no sabe lo que deja atrás.

y que el llegar sea la meta; que la bienvenida sea el medio para convertir las sinapsis avinagradas en oro conductor de impulsos.
que se caigan el prejuicio, el juicio y el posjuicio de una sólida vez y arrastren consigo todos los cadáveres de asignaturas pendientes y problemas de autoestima no resueltos hacia una ventana con vista a un precipicio sin fondo, pero con peñascos donde descansar en la caída.
y puestos de venta de coca para refrescarse. y bolivianos vendiendo artesanías cerca del fin.

entre pingüinos de seda atolondrados que cargan letreros con signos ilegibles supuestamente dirigidos a nosotros, nerviosos y preocupados por la hora. que nos empujen, nos abrumen y no nos dejen razonar. que expriman cada centímetro de nuestra capacidad vital hasta llenar un frasco con un jugo verde de vetas rojas con voz propia que luche por salir. y nosotros quedemos convertidos en una gran pasa de uva gigante e inmóvil.
incapaces siquiera de desarrollar la rutina rechazada en el primer inciso de esto manifiesto.

cuando hayamos cerrado todas las puertas y quemado todos los puentes; hecho girones con todas las banderas y borrado con goma de borrar cada una de las fronteras entre la conducta socialmente aceptable y la libre.

cuando cada niño haya sido castrado y cada ángel torturado con hierros candentes.

cuando la casualidad deje de escribir el destino.

cuando llegue el fin del mundo.