lunes, 31 de diciembre de 2007

Año nuevo

comienzo entrecortado de precisión incierta. rejunte de retazos de momentos lindos y feos que no alcanzarían a llenar la hoja de mi año. extraña sensación de vacío, de querer estar en otro lugar y con alguien más. comienzo entreverado, difuminado, entremezclado con luces de marquesinas hipócritas y sonrientes. discusión familiar por aquí, acercamiento por allá. nadie nunca termina satisfecho. nadie termina en paz. nadie empieza tampoco en paz.

2008, espero nos llevemos bien.
arrancamos con el pie izquierdo.

jueves, 27 de diciembre de 2007

La desintegración del ser

dejé el periódico sobre la mesa y me recosté hacia atrás.
sentado en un inmenso sillón de terciopelo dorado, miraba a mi alrededor casi perdido entre obras de arte (así les llamaba él...) pretenciosas y redundantes que giraban entorno a la figura fálica masculina, mientras esperaba que me trajera el bailey's con hielo que me había ofrecido una hora atrás. cuando volvió su cara estaba pálida y su mirada perdida. casi no emitió palabra y me arrimó el vaso.
prendí la tele. estaban pasando un documental sobre kubrick en canal 10. le miré a los ojos nuevamente y le pregunté si le pasaba algo.
no respondió. mechones de pelo se desprendían de su cabeza y caían como en cámara lenta.
ahora estaba más pálido y con la piel reseca. medía 5 cm menos que cuando entré en su apartamento. eso o todo, incluso yo, se había agrandado 5 cm. vaya uno a saber...
la ultraviolencia de alex y su grupo de drugs atrapó mi atención de nuevo. sentí un crujido. él se empezaba a desintegrar. pequeños montículos de polvillo negruzco se acumulaban a ambos lados del sillón en que se encontraba sentado. sus dedos se comenzaban a desdibujar. sus ojos intentaban darse a la fuga y su ya calva cabeza mostraba una coloración grisácea.
me levanté para ir al baño mientras jack nicholson hablaba de 'el resplandor'. tiré la cadena, abrí la puerta y lo ví cayéndose a pedazos. ya iba por la mitad y mediría solo 1 metro, con suerte. esquivé un ojo que había en el piso y me senté de vuelta.
'barry lyndon' tiene una iluminación hermosa pensé mientras le daba el último sorbo a un licor demasiado aguado.

pum!, brazo derecho al piso y pequeño humito que salía de él.
pum!, brazo izquierdo al piso. pierna izquierda, pierna derecha. el torso se dividió en dos y cayó un pedazo para cada lado. el piso de madera comenzaba a chamuscarse y sus restos despedían un olor poco conveniente. fui hasta el baño y tomé el desodorante de ambiente y lo eché por toda la sala.
iba quedando solo su cabeza, con un ojo desprendido que rodaba por ahí y el otro a medio salir.

full metal jacket, eyes wide shut. solo había polvo debajo de la mesa. el gato apareció y empezó a jugar con el ojo suelto. el cráneo ya solo se reducía a un pequeño vestigio óseo. el viento que entraba por la ventana de la cocina se encargó de desparramarlo.
terminó el documental. lindo.
me levanté y fui a la cocina de donde tomé una escoba. barrí un poco todo ese desastre y coloqué los restos de polvillo en la estufa. le dí de comer a Trufas, agarré mis llaves y apagué la luz.

cuando llegué a casa me dí cuenta de que había olvidado mi sombrero.

martes, 18 de diciembre de 2007

Diario 'El Día' - 12 de diciembre de 1919

Querido lector:
No se me ocurre otra forma de empezar esta carta que diciendo que lo siento. Os advierto que lo que vais a leer en estas líneas no será bonito ni fácil de comprender pero siento una necesidad imperiosa de hacerlo público.
Transitando por el ocaso de mis días, ocaso de un año definitivamente peligroso, me encuentro enfrentado con el deseo de sincerarme: no fui yo. Nunca fui yo. Recordad eso, descreído lector.
Ante la necesidad de reparar un corazón maltrecho, herido y agonizante logré encerrarme en mis dominios y practicar la autoindulgencia por un rato. Fue así que entendí que el infierno es uno mismo, y no los otros y que el ego y la vanidad, sentimientos harto rechazados por quien escribe este humilde testamento literario, pueden ser unos muy buenos aliados en tiempos difíciles como estos. Y así me dediqué de lleno a ellos.
Y así fue que la conocí a ella, en un rapto libidinoso en que el amor propio surgió por generación espontánea y me susurraba al oído los pasos que debía ir tomando a cada momento. Ella era inocente pero no tenía un pelo de tonta. Enseguida supo lo que quería y como conseguirlo. Y yo estaba pronto, en el lugar y momento indicados y con el hambre justa.
Nunca le mentí, eso debo decirlo. Me ofreció un lugar cálido donde apoyar el hombro y borrar la imagen de amante olvidado, de amante innecesario, de amante de sobra. Y lo logró. Al menos por un rato... Y me sentí vivo de vuelta. Y ahí la dejé. Desapareció 3 días después. Ese fue mi primer asesinato. Debo admitir que en el momento no lo sentí como propio, pero la sucesión de eventos que relataré cambiaron mi perspectiva al respecto.

Clara estaba sola, pero no quería estarlo y le gustaba mucho pintar. Me llevó a su casa y entre revistas y recortes de diarios viejos me dijo que me amaba. Yo le agradecí el gesto, me vestí y dejé el lugar. Nadie supo nunca más de ella. Ese fue mi segundo asesinato. La culpa empezaba a surgir como un manto lúgubre y asfixiante que cubría todo lo que hacía.

Cuando junio llegó, Julia dejaba un trabajo para meterse en otro y saltaba de cama en cama sin encontrar el más mínimo placer en lo que hacía. Me tomó de la mano y me invitó a su casa. Conmigo se sentía a salvo, me dijo. Intenté advertirle pero esta vez no pude. Cuando ella estaba más segura, y cómoda entre mis piernas que nunca, logré que pasara de un sueño a otro, mezclando barbitúricos con alcohol. Tercer asesinato. Como un relámpago de lucidez, como un atisbo de conciencia la gravedad de los hechos me golpeó. Y sentí miedo, terror de ser un mensajero de alguien más poderoso, de estar empujando ovejas desde el acantilado sin que ellas lo sospecharan...
Dejé de alimentarme y de salir por un tiempo, pero me duró poco. Volví a seducirlas, a buscarlas y a matarlas...
Y es así que la lista sigue, continúa hasta un insólito y elevado número.

Verás lector, casi como si fuera un juego, fui entretejiendo una red difícil y entreverada en la que quedaron atrapadas las más nobles almas que fueron víctimas de un deseo que no iba a germinar, de un deseo ectópico y fuera de tiempo. Ofreciendo algo que no tenía. Engañándolas subrepticiamente y empujándolas a un destino espantoso.

Pero no fui yo, nunca lo fui, os juro! Ni soy yo quien escribe estas lineas confesorias, no soy yo. Cuando el ocaso llegue definitivamente, me vas a encontrar sentado al borde de algún camino y con ganas pedirles perdón... Cómo no me detuve antes?? Cómo fui tan egoísta??
Esta carta debería tener otro destinatario y por eso os pido disculpas ya que os entreveré en un asunto del que ahora ya sois parte.

Debo confesaros que me es inevitable enfrentar el suicidio como salida fácil. Cargo con una culpa con la que ya no puedo cargar. No sé si algún día podré perdonarme. No sé si tendré el valor para apretar algún gatillo. No lo sé.

Como final de mi testamento, debo agregar que mentí. Siempre fui yo y por eso es que sufro. Oh, la agonía!!! Perdón, perdón preciosas...

Espero podais entender. Espero me perdonen.

(Montevideo, 10 de noviembre de 1919).

Nota: Esta carta fue hallada en un cuarto de hotel de la parte céntrica de la ciudad de Montevideo, el 10 de diciembre del presente año, junto al cuerpo colgante y sin vida de un hombre. Nunca se supo su nombre ni su nacionalidad. Nadie reclamó su cuerpo.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Por qué no existen las brujas?

Adónde es que un puede huir si requiere cierto refugio de días y dolores imperecederos?
Cuento contigo, preciosa, por más que no respondas a mis llantos en silencio o mis llamadas pintadas de timidez y miedo. Necesitaría que me dijeras, mirándome fijo a los ojos, que no soy importante, así te cierro la puerta en la cara y termino de agregar la última pala de tierra sobre la tumba de nuestra maltrecha pseudo relación.

Seres mudos e incompletos que nacen aislados y por su naturaleza numérica tan intensa terminan comunicándose y hablando entre ellos. Personas que no saben lo afortunadas que son por no tener siquiera la necesidad de preguntarse por qué la magia no existe...

Ahora ella estudia francés y canta. Ahora yo, que siempre me consideré calco de múltiples personalidades, me siento imitado. Si, ya sé, muy vanidoso quizás de mi parte, pero por momentos sentí eso. Ahora ya ni me importa.

Pero me pregunto, por qué no existen los principios felices? Por qué no creo en la magia? (Supe creer, si, espero recuperar la fe).

Por qué no existen las brujas?

martes, 11 de diciembre de 2007

Yo vendo, tú vendes, él compra

Vendo mi auto. Vendo mi casa. Vendo mi hámster. Vendo mis zapatos. Vendo mis muebles. Vendo oro. Vendo un piano alemán. Vendo mi asiento. Vendo mi trabajo. Les vendo la promesa de la juventud eterna. Les vendo el fin del acné. Vendo restos de un edificio bombardeado en Irak. Vendo un pedazo de un barco. Vendo meteoritos. Les vendo focas y delfines hechos pomada de cutis. Vendo mi perro. Vendo mi riñón izquierdo. Vendo calma. Les vendo paz. Vendo mi riñón derecho. Vendo amor. Vendo la felicidad en pastillas. Les vendo mi cabello. Vendo mi dignidad. Vendo promesas. Vendo mi sonrisa. Vendo mis manos. Vendo mi esperma. Vendo mis óvulos. Vendo a mis amigos. Les vendo a mi hija. Vendo a mis padres. Vendo mi alma.

Común denominador: vendo. Bienvenidos al mundo moderno. Les vendo un mapa?

domingo, 9 de diciembre de 2007

Y todo por miedo

como amantes invisibles, como unidos por un cordel inmaterial y fuera de tiempo y lugar, ella lo sueña y él hace el intento.
se aman en secreto y con telas sobre sus cabezas. se aman en silencio y a ciegas. se aman casi sin conocerse. porque él la quiere a ella y ella a él.
pero enredados en sus propios laberintos dialécticos, y a pesar del amor mutuo y manifestado previamente en estas líneas, encuentran la forma perfecta de mantener esa distancia entre ambos, cubriendo con el velo de la perpetuidad a un amor que pudo ser pero que resulta mejor en sueños.
porque la realidad a veces viene a estropear todos nuestros planes.
porque no todos tenemos el coraje necesario para enfrentar nuestros sueños a la rutina desalmada de un mundo que nunca espera por nosotros.

porque es más fácil ser manejado por el miedo que enfrentarlo.
y así transcurren miles de vidas semi-infelices, rengas y tuertas, cobardes, inseguras, opacas, mediocres.

y así el mundo se llena de almas de relleno. y cuesta encontrar a alguien por quien valga la pena llorar.

Dígale no a las anclas

Jaulas y barrotes vuelven a las andanzas, incluso cuando el carcelero me abrió la puerta y la vacuna dejó de ser eficaz.
Caras nuevas se confunden con las viejas y vuelven todo un poco mejor pero a la vez más confuso.
Labios distintos se acercan y me acarician, un nuevo fuego esperanzador que promete purificar cierto pasado.
Hojas y hojas de destinos inciertos y separados quedan por escribirse, justo en el momento en que había bajado la guardia y me proponía entregarme.
Resultó económico al final. Mucho más de lo que yo pensaba, pero menos de lo que me gustaría.

No llores diego, no llores niño. Todo va a estar bien...

De golpe, la vida sigue teniendo sentido y el optimismo tiene ganas de volver. Bah, volver volvió, tiene ganas de quedarse mejor dicho.
Viejos vínculos se reestablecen y viejos puentes empiezan a desaparecer de una manera presque definitive. Pero no es cuestión de andar haciendo futurología, porque somos lo que somos hoy y no mañana.
No bucées en el pasado ni lo hagas en el futuro.

Caminar, solo caminar.

Jaulas y barrotes vuelven a las andanzas.

Sobre la necesidad de extrañar

Y qué pasa cuando perdemos a alguien? Sin entrar en el terreno de las desapariciones físicas porque no me corresponde. Qué pasa? Cuál es el dolor? Qué es ese apego tan brutal que tenemos por la carne y los huesos? Por el ser material?.
Vivir de momentos, es es lo que vale.
La huella que deja o no deja cierto alguien en nuestro sistema límbico. Eso que se perpetúa. Disfrutar del derroche hormonal que se genere en nosotros en determinada situación. Momentos. Nunca olvidemos igual, que los momentos son finitos por definición. Terminan siempre. Todo el mundo es pasajero, y perdón por el cliché querido lector, pero la vida es un viaje en el que tenemos que aprovechar para aprender, llorar y reír todo lo que podamos mientras ese viaje dure. Y como viaje, requiere constante movimiento. De ahí eso de no anclarse al pasado, sino atesorarlo, aprender de él. De ahí de no recordar con nostalgia a las personas que ya no nos acompañan (de vuelta, sin entrar en el terreno de la desaparición física), sino recordar los momentos vividos con ellas. Y aprender, nuevamente.
Las personas pasan y algunas, dejan huellas. Quedémonos con eso y nada más, porque a fin de cuentas, es lo único nuestro, lo único real y lo único perdurable.

Que lindo que suena. Si tan solo me lo creyera...

sábado, 8 de diciembre de 2007

Sobre la intención de culturizar a las masas

tremenda impresión me ha causado cierta actitud de una porción estatal.
el desconcierto y la inmensa sobredemanda de ofertas culturales decentes, es lo que lleva a un ministerio discretamente siniestro a la popularización de la cultura y el arte como si esta fuera disminuíble, y eso me ha impresionado de una muy negativa forma...

dame educación para poder apreciar 'La Ilíada', no me transformes el Edipo de Sófocles en una murga para popularizarlo y acercarlo a las masas...
es un intento vanidoso y despreciable de atribuir cierto éxito en la culturización de las masas a la política de estado.
educálas y que entiendan porque la sonrisa de la 'Monalisa' es tan especial.
no tranformes el 'requiem' de Mozart en un candombe para que la gente lo entienda.
enseñáles porque es tan maravilloso en su forma original.

déjense de joder con el presupuesto a la educación y pónganse a estudiar.
déjense de joder con los problemas de estado, la rendición de cuentas y sus reclamos y pónganse a enseñar.
generaciones de países en desarrollo esperan por ustedes.
no nos defrauden de nuevo...

solo eso digo.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Autobiográficamente

vivo entre bolsas y hojas. enredado entre el asfalto y lo verde. con medio pie en la rutina y uno y 1/2 entre dos nubes.
voy por la vida pidiendo un poco de permiso.

mi conciencia es fugaz, porque nunca se sabe...
no me gustan los desperdicios y es por eso que no guardo muchos rencores.
pero si guardo arrepentimientos. arrepentimientos que con el tiempo se empequeñecen pero rara vez desaparecen.

a pesar de lo que digan las (a veces malditas) bocas, miro para adentro seguido. demasiado. aunque me cuesta realizar autobalances convincentes.

me gustaría que me gustaran las matemáticas y las reglas de tres, pero no me gustan.
creo que tienen un espacio de aplicación limitado a la hoja de papel en donde uno las escribe y nada más.

tengo las certezas temblorosas y las dudas firmes.
no le temo al paso del tiempo; si al doble discurso sobretodo de las personas moneda.
no le temo a la soledad; si a la ausencia.

no me gusta el mate ni el recorrido del 64 (bueno, a quién le gusta?)
tengo tendencia al empequeñecimiento crónico con exacerbaciones agudas sin desencadenantes claros.
aunque supe ser estable, hoy soy un flan.

no se (ni me gusta mucho) bailar y me han dicho que carezco de buena parla (debe ser nomás...)
no me considero afortunado ni desgraciado.
tengo tendencia al resbalón.

no me gusta la canela en el arroz con leche. tampoco me gusta mucho el arroz con leche.

físicamente, creo que soy medio flacucho, miope y debilucho en invierno.
no tengo mascotas, aunque no por voluntad propia.

vivo encerrado entre paredes ficticias con graffitis extraños que parecen tener el paradójico cometido de intentar derribar a las mismas paredes en donde se encuentran estampados.

mi vida es un ir y venir de dudas y planes fallidos.

pero no me quejo...

soy feliz.

sábado, 1 de diciembre de 2007

' 25

Pasión escurridiza y tiempos de encierrro y de mirar atardeceres detrás de un vidrio. Días sensibles y solidarios, de balances y cordura distante que ayudan a centrar ciertas prioridades en sus lugares de honor correspondientes. Amor derramado por decenas de personas que me sorprenden con saludos sinceros y delicados y yo sin nada que ofrecerles de beber...

Hoy cumplo 25 años, y no se siente tan mal.
Ganas de sonreir me sobran. Motivos? Ya están viniendo...