domingo, 9 de marzo de 2008

Sobre el don poético

En mi cabeza descansa una corona de hermosas espinas rosas,
bendición maldita de visión particular y bella de un mundo gris y obsoleto,
lleno de carne de lupa, material de microscopio, personajes de novelas oscuras.

regalo, que de haber sabido, habría rechazado a aquél que me lo regaló.

mano suave, delicada y preciosa, que me aprieta el cogote exprimiendo el aire fuera de mi garganta...

asfixia


como una colorida tapa de ataúd.

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