querido amigo,
gracias por tus líneas.
agradezco tu preocupación, aunque debo decirte que me estás subestimando un poco.
yo soy ese que siente. el que ama y el que odia.
el que tiende y destiende y arma y desarma.
el que llueve, el que regurgita tormentas, el que dibujó el sol en algunos de tus días nublados.
el que las desviste y admira, reverencia y adora.
el que las lleva a su cama sin engaños y el que las engaña de la forma más descarada.
el que escribe esos poemas que tanto te emocionaron y el responsable de varias de tus lágrimas de disgusto.
el azúcar, el veneno.
la paciencia, el desenfreno.
la pereza y el acelere.
el que nunca cuenta secretos y el que los grita hasta la afonía.
el que te quiere y pelea.
el que se quiere y detesta.
aquel que duerme en la torre de Babel con la llave en el bolsillo y la orden de demolición hecha mil pedazos debajo de su almohada.
el que le dio su espalda a tu iglesia.
el que es y no es.
soy los que ya no son y los que no han sido.
ellos soy yo.
no te preocupes, te seguiré abrigando.
y en mis canciones siempre habrá sitio para los unicornios de cristal.
muchos cariños,
d.
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